Carlos Hipólito. Actor

"Intento ponerme siempre al servicio del personaje"

  • El madrileño llega el 8 de octubre al Villamarta como protagonista de la obra de Miller ‘Todos eran mis hijos’, junto a Fran Perea, Gloria Muñoz y Manuela Velasco

Una voz inconfundible responde al otro lado del teléfono. Es la del actor Carlos Hipólito, que el 8 de octubre visitará el Villamarta con la obra de Arthur Miller ‘Todos eran mis hijos’, acompañado por Fran Perea, Manuela Velasco y Gloria Muñoz, con la dirección de Claudio Tolcachir. Carlos, un tipo que no necesita presentación. Que hable.

–Miro su extenso currículum y la verdad, hay tanto en teatro, cine y televisión que no adivino por qué se decanta usted. Deme una pista.

–(Risas). Bueno, hay, sobre todo, de teatro. Pero mira, a mí me gustan los buenos personajes y me da igual que estén encima de un escenario o delante de una cámara. Lo importante es que el proyecto sea bonito y que la historia sea buena.

–Usted se estrena con Arthur Miller en el personaje de Joe Keller, de ‘Todos eran mis hijos’. Háblenos de este papel.

– Es un personaje magníficamente escrito, un regalo para un actor. Tiene muchas facetas, es muy poliédrico, con una personalidad complicada. Es un hombre que esconde un secreto, que le configura una personalidad muy atractiva a la hora de interpretar. Es un hombre de negocios, padre de una familia supuestamente modélica, con éxito, que cometió un error en el pasado y que ahora sale a la luz. Cuando se sabe que no supo reaccionar y que fue cobarde en su momento, pues toda esa aparente felicidad se viene abajo, la familia se desestructura y el entorno se conmociona. Tiene un final muy trágico. Es un personaje muy interesante porque es un tipo que en otras circunstancias hubiera sido muy buena persona, pero bueno, al final se convierte en alguien muy cuestionable. 

–A pesar del carácter de este personaje, ¿se aportan algo Keller y usted?

– Bueno, siempre. Los personajes te aportan cosas porque son puntos de vista diferentes sobre determinadas reacciones y uno siempre tiene la tendencia a pensar qué haría en esa situación. Generalmente, no se coincide, pero el hecho de tener que entender por qué se comporta así, te da también una comprensión mayor de los comportamientos humanos. Y lo que yo le aporto...., pues no sé, más allá de lo que pueda ser el vehículo que utiliza el personaje para llegar al público,  pues supongo que lo que tengo:  mi voz, mi físico, mi mundo emocional. Pero bueno, yo siempre intento ponerme al servicio del personaje, no al revés.

–Trabajar con una obra de Miller, le debe infundir respeto.

– Sí, impone. Yo que he hecho tanto teatro, nunca me había tocado hacer un Miller. La verdad es que ha sido un regalo también  porque no en vano es uno de los mejores autores contemporáneos, un clásico ya,  que escribió un teatro interesantísimo, lleno de vida y de verdad. Sus personajes son muy humanos, muy bien escritos, muy definidos. Y una obra que, a pesar de estar escrita a finales de los 40, es súper actual porque lamentablemente los seres humanos hemos cambiado poco en determinadas cosas. Y lo que se denunciaba entonces, también se puede denunciar ahora. La obra intenta despertar la conciencia del público, que se haga preguntas. No hay una moraleja intrínseca.

–También es la primera vez que trabaja con el director, Claudio Tolcachir.

– Ha sido un placer enorme, porque es un gran director, muy inteligente, con muchísimo talento y además, es una gran persona. Es cercano, humilde, generoso y eso facilita el trabajo. Consigue hacer parecer fácil, lo que es muy difícil. Tiene un concepto de teatro que, en mi opinión, es el mejor, porque lo que se ve en el escenario es un cachito de realidad, desprovisto de artificios. Espero repetir.

–Esta obra lleva en cartel más de un año.  ¿Cuál es el secreto?

– El público. A veces se piensa que un elenco de actores conocidos garantiza la permanencia, pero lo que hace esto es despertar curiosidad los primeros días. Pero si al público no le gusta, el teatro se vacía. Lo que realmente conforma los éxitos es el boca a boca,   que la gente salga entusiasmada y se la recomiende a otras. Y esto es lo que nos ha pasado afortunadamente. 

–¿Qué disciplina hace falta para aguantar tanto?

– Pues el teatro tiene eso, que aunque hayas hecho la función un año o muchas representaciones, tiene que parecer siempre la primera vez. Esto implica un esfuerzo, pero también esto es la esencia del teatro. La obra no se debe mecanizar, debe estar viva. Creo que se consigue con el contacto con los otros actores, que todo se produzca cada día. Los actores estamos vivos, y lo que te sucede durante el día también te hace introducir matices.

–Y hay otra responsabilidad, además de trabajar en obras como las de Miller, que es responder al cariño del público...

– Bueno, lo único que hay que hacer es estar agradecido. Que el público te quiera es realmente un milagro (ríe), porque uno no sabe qué hay que hacer para conseguir eso. A la gente le han llegado mis personajes y me miran con cierto cariño. Habrá a otros que no les guste nada y les caiga fatal (ríe). Por lo general, afortunadamente, la gente que se me acerca me dice cosas agradables. Sí, te da mucha alegría y te crea a la vez responsabilidad, para no defraudar. Pero no es una preocupación, sino un estímulo.

–Uno de sus personajes más conocido y querido es quizás su voz, en off, que narra la popular serie ‘Cuéntame’.

– Es un privilegio estar en una serie de tanto éxito y tan bien hecha, y con tanto calor del público. El hecho de que el personaje, esa voz en off que hago, se haya convertido en un personaje en sí, a pesar de no estar en imagen, pues al principio me sorprendió porque pensé que iba a ser un trabajo anónimo. Me ha servido para recordar además muchas cosas de mi infancia.

–¿No ha tenido la tentación, como Hitchcock, de aparecer aunque sea un segundo en pantalla?

– (Risas). Creo que no debe aparecer. Se propuso incluso que saliera el personaje tal como iba a ser Carlitos en un futuro. Pienso que rompería la magia. Los espectadores se deben imaginar a Carlos de mayor como quieran ellos.

–¿Qué proyectos tiene a la vista?

– Pues sigo de gira con esta obra hasta finales de año y luego empezaré a ensayar un musical que se llama ‘Follies’, escrito por Stephen Sondheim, un autor americano magnífico, que dirigirá Mario Gas y que estrenaremos en enero de 2012, en el Teatro Español de Madrid. Es un proyecto en el que me tengo que concentrar mucho porque hay que bailar, cantar...

–¿Hay algo que usted no haga?

– (Risas). Volar. (Más risas). Pero bueno, esto (el musical) es una cosa que me hace mucha ilusión, y aunque me coge con cierta edad, todavía estoy en condiciones físicas para hacerlo.

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