Drama, Aventuras, Francia, 2013. 96 min. Dirección: Christophe Offenstein. Intérpretes: François Cluzet, Samy Seghir, Guillaume Canet, Karine Vanasse, Arly Jover, Jean-Paul Rouve, Virginie Efira, Emmanuelle Bercot, José Coronado. Cines: Alameda, Avenida, Cinesur Nervión Plaza 3D.

En El copartícipe secreto Joseph Conrad narra la odisea de un joven capitán que oculta en su barco a un polizón que ha huido de otra nave para salvar su vida. Lo que en el ensayo que cierra la edición de Atalanta escribe Jules Cashford sobre esta gran novela podría decirse también de En solitario: "El copartícipe secreto es un microcosmos sobre el que gravitan los principales temas conradianos: el valor y la rectitud moral frente a la adversidad, las pruebas a las que se ve sometida la conciencia humana en ciertas ocasiones, el indescifrable misterio que guía el destino de cada cual, y, como telón de fondo, la continua presencia del mar en el que tranquilamente navegamos flotando sobre un abismo".

En este caso no se trata de un capitán que deba ocultar al polizón del resto de la tripulación, sino de un navegante que compite en la vuelta al mundo en velero, sin escalas y -lo más importante en este caso- en solitario. El polizón, en vez de un marinero huido, es un chico subsahariano. Pero, al igual que el de Conrad, también busca desesperadamente salvar su vida. ¿Qué ha de hacer el navegante al descubrir que ya no es un solitario? ¿Lo denuncia y queda descalificado? ¿Lo acoge y lo esconde para no perder la competición? ¿Lo lleva consigo porque progresivamente va comprendiendo su drama humano? Estas interrogaciones vertebran esta película de aventuras, mar y buenas intenciones.

Sus puntos fuertes son las imágenes marítimas y la presencia de François Cluzet. Lo primero garantiza el espectáculo siempre asombroso del mar. Lo segundo asegura -tras el éxito de Intocable- que además de estar ante un gran actor, estamos ante una historia de superación y solidaridad. Pongan un barquito aislado en alta mar en lugar de la silla de ruedas, suban a él otro inmigrante que provoca una conversión emocional y tendrán una especie de Intocable en alta mar. La belleza a veces aterradora del mar está garantizada por tratarse de la primera obra de un experto director de fotografía, Christophe Offenstein, pasado a la dirección. La calidad de la interpretación está garantizada por esa estrella del cine francés que es Cluzet, cuya carrera progresa al ritmo de dos o tres películas por año.