Cultura

"Jerez es para mí un lugar mítico, como la Argónida para Bonald"

  • Javier López presenta en el CADF 'Cuando canto la boca me sabe a sangre', una novela en la que el flamenco se convierte en protagonista

Javier López presentó ayer, dentro del ciclo Flamenco y Literatura englobado dentro de las jornadas conmemorativas del 25 aniversario del CADF, el libro 'Cuando canto la boca me sabe a sangre', una novela narrativa editada por Carena. El autor, un enamorado de Jerez, considera que "el flamenco es muy novelesco y en él me he basado desde la primera página a la última". Previamente, y como trabajo de campo, repasó "más de 400 títulos que hablaban del flamenco, de tal manera que lo acoté y me centré en la novela del franquismo. La influencia es enorme pero la han tratado mal, algo propio de los orígenes del flamenco. Siempre aparecen unos rasgos diferenciadores como son la violencia, el alcohol o la droga, el miserabilismo, los toros, y un elemento casi gótico y de novela negra que es el duende".

No obstante, 'Cuando canto la boca me sabe a sangre' intenta obviar todos esos "elementos peyorativos, mi propósito ha sido enaltecer el flamenco fruto de mi amor por Jerez". Porque para López, "Jerez es un territorio mítico, como puede ser La Comala para Rulfo, la Argónida para Caballero Bonald o Mágina para Muñoz Molina".

La novela en sí discurre entre Jerez y Barcelona, y cuenta la historia de un periodista de Le Parisien, de padres españoles, que vive en París y que "con la crisis de los 40 se marcha a Jerez para estudiar el flamenco". Esa llegada a la ciudad sirve al autor para "hablar de Jerez y todo lo que conlleva, es decir, las casas de vecinos, las peñas flamencas, el mercado, que siempre me ha entusiasmado, el ámbito de gañanía, o sea, todo lo que conforma el flamenco aquí, porque la manera que aquí se tiene de vivir el flamenco es algo natural", resalta.

Además, a través de todo ello articula "un discurso en el que hablo del aficionado y del artista", siempre desde un punto de vista novelesco y que "manejo a mi antojo". "Por poner un ejemplo, -asegura-, introduzco conversaciones con el Perrate, El Garbanzo pero las pongo en boca de algunos personajes", admite.

Pero si hay algo llamativo en este libro es su título, con el que Javier López "buscaba que fuera llamativo. Para la gente del flamenco está claro que este título le lleva a Tía Anica la Piriñaca, pero al que no es flamenco le suena a un rollo de realismo mágico", advierte.

La tarde prosiguió en el Palacio Pemartín con la interesante mesa redonda titulada 'Flamenco y narrativa' en la que participaron Montero González, Enrique Montiel y José Luis Ortiz Nuevo.

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