El primer templo de Jerez acogió el pasado domingo una de las citas más especiales programadas estas fiestas, el recital en el que las voces de Jesús Méndez y Tomasa La Macanita hicieron palpar con su arte el sabor de la Navidad más señera a las 800 personas que acudieron a la Catedral. Aún más especial era el motivo por el que estos dos cantaores decidieron compartir tablas y público, el destinar todo el dinero recaudado con el evento a Cáritas Diocesana.

La Catedral, hasta la bandera, esperaba ansiosa alrededor de las ocho y media de la noche a que la voz de Jesús Méndez irrumpiera entre los muros del siglo XVII con el estribillo del conocido villancico popular 'Los caminos se hicieron'. De esta forma, entre aplausos, los cantaores presentaron un popurrí que en un mano a mano iban entregando a su audiencia los estribillos de los cantes más conocidos de la Navidad. No faltaron en este recorrido 'En la puerta hay un niño', 'Calle de san Francisco', 'Con azúcar y canela' y 'Tin tin Catalina', que cerró la primera parte del recital.

Méndez, en traje de chaqueta y pajarita negra, fue el primero en agradecer la asistencia. "La primera alegría ya nos la hemos llevado al ver la Catedral llena. Vamos a disfrutar de la música", animó el jerezano al público de su ciudad natal. El ambiente que se respiraba en el templo catedralicio era emocionante y eléctrico. Los arreglos musicales levantaban el vello con una fantástica producción que no dejaba indiferente a nadie. No se puede decir lo mismo de la visión, ya que era prácticamente imposible que el concierto fuera visible desde cualquier sitio del patio de butacas debido a las dimensiones de las columnas del templo. La dirección, consciente de esta circunstancia, dispuso de varias pantallas de plasma en la que se transmitió el concierto para los sitios menos afortunados.

Tras la presentación en común, los cantaores tuvieron cada uno una sección donde presentaban en solitario algunos de los villancicos flamencos del programa, compuesto por 'Natividad de Jerez', 'Mi niño Manué', 'Blanca es la plata', 'Campanilleros', 'Diciembre', 'Sirva tu cuna', 'Balada del Niño Jesús', 'Nana de Belén', 'Nana de Jerez', 'El carrizo', 'Arcángel San Gabriel' y 'Bulerías al Niño Dios'.

Además de las voces protagonistas de los cantaores, también tuvieron tiempo de lucirse ante de los bises finales las protagonistas de los coros, que contaron con el nivel de Felipa del Moreno, Tomasa Peña y Estefanía Zarzana. Esta primera fue la encargada también de protagonizar el pase entre Méndez y La Macanita, por el que no se llevó pocos aplausos.

De la hora y media que duró el recital, fue durante la primera en la que estuvieron arropados por una gran formación musical que contó con una decena de músicos que dieron ese aire clásico y majestuoso que caracterizó el concierto. Por destacar algún instrumento, las grandes dotes al piano de María de los Ángeles Rubio o la emoción del quinteto Costelas Quintet (a cargo de violines, viola y violenchelo), fueron de los más aplaudidos durante la parte que estuvieron sobre las tablas.

La última media hora de concierto fue una vuelta de tuerca hacia la navidad más flamenca, más desnuda acústicamente, ya que solo quedó la guitarra de Manuel Valencia, palmas y coros para acompañar a las voces de los cantaores jerezanos. De esta forma, entre bulerías despidieron el maridaje perfecto entre lo clásico y lo flamenco, lo navideño y lo solidario, envuelto en un halo de solemnidad gracias a las tablas propias de los cantaores y la imponente impronta de la Catedral.