Cultura

Madrid. De ferias

  • Después de más de treinta 'Arcos' es difícil encontrar situaciones novedosas en lo artístico. La feria de dibujo levantó expectativas.

Cuando iba el otro día para Madrid en ese invento extraordinario que llaman Alvia –tres horas y media solamente cuando antes, con suerte, se tardaba toda la noche– me acordaba de las primeras ediciones de Arco cuando el expreso te dejaba en la bella estación de Atocha y llegabas cargado de ilusiones. Ahora, la ilusión ha bajado muchos enteros porque la Feria no te atrapa el entusiasmo. En aquellos años 80 y 90, con la juventud todavía reciente, anhelabas felices encuentros con lo más nuevo que era, asimismo, lo desconocido, aquello que sabías de oídas, con muy pocos datos y que morías por contemplarlo en directo y de verdad. Después de más de treinta Arcos ya, lo has visto casi todo y, en lo artístico, es difícil de encontrar situaciones novedosas y que te convenzan con determinación; no obstante, una feria de aniversario, el trigésimo quinto, bien hubiera podido patrocinar algo diferente. La ilusión y la nostalgia por lo que se fue y la poca esperanza en lo que ha quedado te lleva a Madrid buscando encontrar el interés fuera del Campo de las Naciones. 

 

Este año, entre los acontecimientos artísticos paralelos a Arco, uno ha sobresalido sobre los demás, DrawingRoom, una feria sobre dibujo que levantaba, al menos sobre el papel, muchas expectativas.

 

Arco. Treinta y cinco años pueden no ser nada o un icono llamado Juana

Era 1984, Juana de Aizpuru dirigía en Madrid lo que había creado para Sevilla y las lumbreras políticas de la capital de Andalucía no la creyeron. Le mostraba la Feria, entonces en los Pabellones Expositivos de la Castellana, a un Alfonso Guerra novato pero con fuerza Vicepresidente de un Gobierno socialista que creaba recelos y ofrecía apasionante ilusión. Entonces los políticos eran tan novedosos como lo que, en aquellos stands, se ofrecía. Puede que de aquel Arco y de algunos más, los primeros en la Casa de Campo, sólo quede de verdadero interés Juana de Aizpuru, referente por tantas cosas, de la modernidad artística en España y todo un icono.

 

La Feria de los 35 años ha presentado los esquemas de los últimos tiempos, mucho de lo conocido –aquí metan ustedes obras buenas, de seguro consumismo, de nombres trascendentes y piezas, más o menos, solventes, así como, mucho relleno de lo habitual en estas situaciones, con trabajos más para el impacto visual y la empatía con lo que se cree y se tiene por bueno que otra cosa–. El contacto con la feria nos ha deparado, quizás, más calidad general que en otras ediciones cercanas. Las galerías de siempre mantenían su determinante compromiso con la calidad. Hemos podido contemplar piezas excelsas de Kounellis, de Torres García, de Clavé, de Rafael Canogar, de Pierre Gonnord, de Tàpies, de Manolo Valdés, de Doukoupil,de Nico Munuera, de Ignacio Llamas, del Equipo 57, de Fabian Marcaccio, de Hanna Collins, de Perejaume, de Plensa, de Juan Genovés, de Alberto García-Alix, de Esther Ferrer, de Simón Zábell, de... Arte de verdadero interés que nunca pasa de moda y que encierran el entusiasmo creativo que el buen arte siempre proporciona. Nos han faltado muchos más artistas andaluces porque éstos están presentes en lo mejor de los espacios expositivos del país y de algunos centros de interés de fuera. Nos ha parecido muy poco ver solamente a Luis Gordillo en escasas galerías, siendo quien es, a Miki Leal en F2 Galería, a la granadina Marina Vargas en Javier López & Fer Francés, a las obras de El Equipo 57 en Rafael Ortiz, a los hermanos MP & Mp Rosado Garcés en Alarcón Criado, éstos compartiendo el stand de la galería sevillana Alarcón Criado con dos pesos pesados del arte que tiene a Granada como especial centro creativo motivador, Jesús Guerrero y Simón Zábell. Del primero series de fotografías de su estancia americana, con una gran pieza protagonizada por la persiana cerrada de un establecimiento y del segundo, una extraordinaria pintura de ese esclarecedor trabajo que es Our men in Haiti. El Arco del cumpleaños nos sirve para seguir manteniendo la fe en una feria que, cada febrero, nos atrapa y nos conduce hasta Madrid. Por tanto, treinta y cinco años pueden no ser nada. Ojalá podamos seguir.  

 

ARTMADRID. Cumpleaños con goteras

Bajo mi modesta opinión, no ha sido nada bueno que ArtMadrid haya cambiado tanto de sedes. Poco ha durado en las anteriores sedes. Por unas cosas o por otras, los cambios han descontrolado a una feria que necesita mucho más para seguir manteniendo el status que pretende. La galería acristalada del Centro Cibeles es, excesivamente, pequeña y estar en el edificio donde está, con las medidas de seguridad desorbitadas, hace que la entrada constituya un pequeño caos y acceder al recinto constituye una empresa un poco compleja. Además, en esta ocasión se ha encontrado con la lluvia y un auténtico canalón de agua caía sobre el stand de la galería Marita Segovia a pocos centímetros de unos Miró, Tàpies y Guerrero de primerísima categoría. Mala suerte o poco control pero la verdad que, algo así no es de recibo en el año 2016. Tampoco me parece, salvo honrosas excepciones, que lo que se presenta sea de un interés extremo. Junto a muy buenos Hernández Pijuán, Palazuelo, Manolo Valdés, Tàpies, Richard Serra o Miró, también el magnífico Guerrero “damnificado” por el incontrolable goterón, así como un extraordinario Rafols-Casamada, no podemos, por menos, citar las obras de Juan Ángel González de la Calle en Estampa, las de Xavier Mascaró o las de Daniel Sueiras, entre pocos más. Creo que se necesita mucho más para atrapar la atención. Digan lo que digan, creemos que se trata de un acontecimiento que ha perdido gran parte de su interés y, además lo del recinto acristalado era para recapacitarlo. La imagen de un espacio con goteras es muy significativa.

 

JUSTMAD. ¿Qué se entiende por Arte Emergente?

JustMad se puso en marcha hace siete años, levantando todas las expectativas que pueden hacer una feria dedicada al arte más joven, ese que dicen emergente y que posee todos los aditamentos para creer en él. Un acontecimiento dedicado al Arte Emergente, no cabe la menor duda, era una apuesta valiente y arriesgada, así como una manera acertada para que lo más novedoso se hiciera presente en un panorama artístico cada vez más adocenado. En estas últimas ediciones de esta miniferia paralela a las dos más importantes hemos asistido a muchos altibajos en los que a momentos realmente de mucha nueva enjundia creativa se sucedían otras de escasa importancia. Los cambios de localización tampoco favorecieron el discurrir de una realidad que nació con más energía y, por supuesto, con una esperanzas puestas en lo más joven. 

 

La presente edición no va a pasar a la historia por muchas cosas más allá del magnífico escenario escogido para su celebración, la sede del COAM en la calle Hortaleza. Tras una detenida visita muy poco hemos apreciado sobre la filosofía que envolvía la propuesta. Es más, si casi todo lo que nos hemos encontrado lo hubiésemos visto en un evento fuera del mArco madrileño, con Arco y todo lo que hay en Madrid, se hubiera obviado toda su realidad y la indiferencia hubiese sido manifiesta. Por ser dos artistas a los que hemos visto evolucionar y plantear muchos aspectos de ese arte emergente que se ha querido dar a la feria, podríamos destacar el stand de la Galería granadina Ruiz Linares, con la espléndida pintura de José Piñar, sobrio en el concepto pictórico y desentrañando su especialísimo sentido creativo y la escultura de Pablo Capitán del Río, con una apuesta descarada por la escultura escultura y generando sentido a un arte cada vez menos asumido; su tótem a base de trozos piñas es todo un ejemplo de buen hacer.

 

Creo que JUSTMAD debería pasar por una profunda reflexión y hacerse mirar el estado de su realidad como ente artístico que quiere aspirar a algo más importante que lo que hoy ofrece.

 

DRAWING ROOM. El dibujo motivador

Nos interesaba mucho esta nueva miniferia que, felizmente, se habían inventado una serie de galeristas importantes de toda la vida, Rafael Ortiz, Magda Bellotti, Juan Riancho –galería Siboney de Santander–, entre otros. El objetivo era el dibujo, esa parcela tan poco protagonista en los tiempos que corren y que está viviendo momentos de suma decadencia por las razones obvias de las situaciones de una práctica artística ocupada y preocupada en y por otros asuntos. El espacio expositivo de la calle Velázquez, acondicionado para acoger un acontecimiento para el que no estaba preparado, ofrecía pocos elementos  museográficos; sin embargo, atrapaba la mirada de espectador con cosas muy interesantes, encontrándonos con algunas propuestas llenas de entusiasmo creativo. Sin, con ello, querer caer en un tonto patrioterismo, cuatro artistas andaluces, diferentes en concepto y en forma plástica, nos han atrapado la mirada. Había otros más, pero ellos van a capitalizar nuestro comentario que encierra, además, la creencia en este DRAWING ROOM que, con un poco de claridad de mentes puede llegar a ocupar ese espacio importante que se están dejando atrás algunos de los eventos artísticos que se celebran tangentes a Arco. El genial Antonio Sosa deslumbraba en el espacio de la galería sevillana Cavecanem con su espectacular dibujo y su decisivo carácter artístico. El horror vacui de sus obras atrapan la mirada y la introducen en esa maraña de líneas, objetos y figuras donde la antropología y la arqueología juegan papeles importantes. Extraordinaria la oferta de Jesús Zurita en la alemana Nova Invaliden, con ese paisaje de abrumadora intensidad pictórica donde los rojos y los negros crean escenarios de belleza imposible. También una galería berlinesa acogía la obra de Santiago Ydáñez, con sus famosas caras y unas pinturas realizadas tras la arquitectura de un dibujo determinante y lleno de seguridad compositiva. Muy bueno, asimismo, el proyecto dibujístico de José Miguel Pereñíguez, llevado a la feria por Rafael Ortiz: Su obra sobria de configuración encierra elementos que traspasan la realidad y juegan a un ritmo pararreal con encuentros en un fase arqueológica.

 

Muy buen proyecto el que se encerraba en los espacios de ese edificio madrileño y que nos han hecho albergar todas la máximas esperanzas.

 

La anual peregrinación a Madrid siempre ofrece muchas consideraciones y aspectos a tener en cuenta para seguir pensando en un febrero próximo. 

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