Cultura

Las 'Martirios' infinitas

  • La artista celebra hoy en el 'Pop CAAC' sus 30 años de carrera en un concierto en el que repasará, junto a su banda, las míticas canciones que la han convertido en cantante de culto

Detrás de su peina y sus gafas de sol Maribel Quiñones, Martirio, escondió desde sus inicios en los 80 un concepto artítico tan propio y original que hace comprensible que ahora, tres décadas después, estos elementos hayan permanecido como los únicos símbolos imprescindibles para dibujar a una artista tan versátil como inabarcable. Estos, y la boquita de piñón en forma de corazón que revela su faceta de intérprete pasional y relatona, y que configura, al fin, la caricatura minimalista que sirve de portada del doble disco-DVD que repasa sus 30 años en la música y que esta noche (22:00, entradas a 10 y 12 euros, anticipada y en taquilla respectivamente) presenta en el ciclo Pop CAAC.

Treinta canciones que van desde su Estoy mala hasta las Coplas del payador perseguido en un recorrido que, como define Raúl Rodríguez, configura "una cartografía útil" y necesaria para comprender no sólo la amplitud de la obra de una cantante visionaria sino también la de la propia musica de un país que por primera vez se abría a nuevos sones.

Así, desde la folclórica irónica e irrevente que daba voz a retahílas de amas de casa indómitas en las Sevillanas de los Bloques, Tú eres mi marío o Las mil calorías, a la cantante transgresora que eleva lo popular a categoría de culto, pasando por la artista rescatadora de clásicos o la sobria e intimista -con ejemplos como Dicen, Quisiera amarte menos, La bien pagá, Volver, Si te contara o La llorona-, Maribel encierra en su abanico Martirios infinitas. "No es fácil seguir una carrera independiente y honesta pero he tenido el privilegio de que el público me ha acompañado y entendido mis inquietudes", agradece la onubense.

Unas inquietudes que la han llevado a indagar sin distinción en géneros como la copla, el flamenco, el pop, el rock, el jazz o los ritmos latinoamericanos, que ha ido emparejando en un ir y venir continuos por pura "necesidad e intuición", explica, aunque confiesa que es la copla lo que, echando la vista atrás, la ha perseguido siempre. "Es lo que más me ha dado. Por sus letras, su carga dramática, la innovación y la tradición...", reflexiona desde el otro lado del teléfono.

En cualquier caso, Martirio es ante todo una entusiasta de la música y, de forma espontánea, se emociona cuando habla de nuevos talentos que ha descubierto recientemente o de la labor que realiza en Cantes Rodados, su programa de radio en www.gladyspalmera.com, donde crea listas de recomendaciones por temáticas concretas. "El amor a la música es lo que me sostiene", asegura con repentina seriedad; la misma que marca su visión del arte como "un trabajo profundo, casi espiritual, que te hace crecer y conocerte a ti mismo y al mundo que te rodea".

Conversando con ella es fácil comprobar que nada en Martirio es casual. A pesar de que su evolución haya estado asociada a encuentros más o menos fortuitos -con Paco Toronjo, "quién me despertó las ganas de cantar", con Kiko Veneno, Javier Ruibal, Chano Domínguez, Lila Downs, Marta Valdés o Chavela Vargas...- la cantante se afana en señalar estos acercamientos desde la admiración, el enriquecimiento y la empatía: "Necesito sentir la química y ver que tengo algo que decir ahí; nunca he entendido eso de grabar uno aquí y otro en Miami".

Tampoco su repertorio es accidental y reitera la respuesta cuando entiende que puede haber confusión en esto. "Las canciones no dan igual. Un artista es su repertorio. Tus canciones te definen y cuentan cosas de ti", defiende para añadir que para que un tema le interese exige "altura poética y melódica y que la pueda incoporar a mi vida". "Necesito creerme la historia, que sea verdad", resume.

Y en esta búsqueda incesante continúa, "esperando a ver qué pasa", y con un disco en mente del que ya tiene hasta título, Las mujeres de mi voz, un homenaje a las voces que más le han influido. "La mujer sabe de emociones más que nadie, el futuro es femenino", afirma esta admiradora de Chavela Vargas y también de jóvenes como Silvia Pérez Cruz o Dulce Pontes, por citar algunas de las que menciona en la entrevista.

De momento, mientras llega la Martirio que esté por venir, sin dudarlo, cuenta lo que tienen en común todas ellas: "El sentido del humor y del amor, la búsqueda y el sentimiento".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios