Cultura

Mateo Gil vuelve al largo de la mano del western

  • El autor del corto 'Allanamiento de morada' y de la polémica 'Nadie conoce a nadie' retoma el mito de Butch Cassidy

Mateo Gil se lo ha tomado con calma. Guionista, mano derecha de Alejandro Amenábar, autor del cortometraje de culto Allanamiento de morada, hace doce años debutó como director de largometrajes con la polémica Nadie conoce a nadie. Adaptación de la novela de Juan Bonilla, este thriller de asesinos en plena Semana Santa sevillana no hizo mucha gracia a los seguidores de las cofradías, levantándose una de estas discusiones que suelen ocultar los verdaderos valores de las películas. En este caso ni era para tanto ni era para tampoco. Desde entonces, Gil ha permanecido en silencio como cineasta, pero no por falta de ganas. Durante muchos años se ha empeñado en un proyecto que al final no ha salido, como era una ambiciosa adaptación de la obra maestra de Juan Rulfo Pedro Páramo.

Así que Mateo Gil, que mientras tanto se ha consolado ofreciendo hace un par de años otro excelente corto, Dime que yo, ha tirado por la calle de en medio y ha preparado un nuevo film, bastante sorprendente a priori, pues es un western. No contento con recuperar al género de los vaqueros de gatillo fácil se atreve además a rescatar a uno de los mitos del pistolerismo, como es Butch Cassidy. Este perteneció a la famosa banda de atracadores de la que formaba parte su cuate Sundance Kid, dúo inmortalizado en la inolvidable Dos hombres y un destino, bajo los entonces jóvenes rasgos de Paul Newman y Robert Redford. Gil, que curiosamente no se hace cargo del guión teniendo en cuenta su currículum, dejando en este caso el teclado a Miguel Barros, retoma a Cassidy saltándose la tradición, pues los que vieran el film de Newman y Redford recordaran que la pareja de asaltantes moría acribillada en Bolivia. Pues en Blackthorn, sin destino, que así se llama el film, el forajido de leyenda vive tranquilamente bajo nombre supuesto en Bolivia, veinte años después de su presunta muerte, pero añora volver a Estados Unidos. Sin embargo, en su camino se cruza un joven ingeniero español que trabaja en una de las minas bolivianas, que está huyendo de un importante empresario del gremio al que ha estafado. Esto hace que Cassidy, que vive bajo el nombre de Blackthorn, tenga que volver a empuñar el revólver como en los viejos tiempos.

Mateo Gil ha contado con un reparto internacional. El gran Sam Sephard, muy raro de ver últimamente, es el encargado de sustituir en el imaginario colectivo a Paul Newman en el papel de Butch Cassidy. Un pistolero más viejo de lo habitual, con las heridas de la vida en su rostro. Eduardo Noriega, actor fetiche del director, es el ingeniero en problemas Stephen Rea, habitual de los repartos de Neil Jordan, es un implacable perseguidor de Cassidy, que le ha seguido la pista hasta Bolivia. El reparto de completa con Magaly Soler, la revelación del Amador de Fernando León de Aranoa. Ahora, a ver como responde la taquilla veraniega ante esta resurrección particular y privada del Western. Por de pronto, el film se presento en el festival neoyorquino de Tribeca, auspiciado por Robert De Niro, siendo bastante bien acogido.

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