Lectores sin remedio por Ramón Clavijo y José López Romero

¿Naufragio?

Uno de los hechos más curiosos de la historia cultural de nuestra ciudad fue el traslado de la muy apreciada biblioteca del marqués de Villapanés a Génova. Corría el año 1828, y el fallecimiento de José María de Panés y Pabón haría descubrir a sus allegados pero también a los círculos culturales, religiosos y políticos de la ciudad que una de las disposiciones de su testamento establecía que dicha biblioteca se trasladara a Génova. Las razones que llevaron a tal decisión las ignoramos, pues nada dejó escrito sobre sus motivaciones. El problema, y de ahí lo de truculento del caso, es que finalmente aquella decisión se convirtió, aparentemente, en una de las más desastrosas que para la cultura del libro en general, y local en particular, hayamos conocido, si realmente dicha biblioteca finalmente se hundió con el barco que la transportaba camino de Génova. Sobre este misterio más de una vez me he sentido inclinado a hurgar. Y es que salvo la decisión de trasladar dicha biblioteca, recordemos que de las más numerosa -casi 11.000 volúmenes- e importantes del reino, nada más hemos podido hallar. Ni en los manuscritos de Trillo o Riquelme -contemporáneos del marqués- hay referencias a dicha decisión y traslado, algo que sorprende mucho cuando los autores de ambos manuscritos (no olvidemos que son una relación pormenorizada de los sucesos de la ciudad entre 1784/1837), sí hay numerosas referencias al mundo de la cultura del libro. ¿Cómo se pudo obviar un traslado de tal magnitud? Los miles de libros tuvieron que ser embalados y trasladados en numerosas carretas, previamente preparadas y custodiadas, a alguna ciudad vecina. ¿Sanlúcar? ¿Sevilla¿ ¿quizás Cádiz? ¿Por qué una actividad que tuvo que ser la comidilla de la ciudad durante un tiempo no dejó ningún comentario escrito de nadie, cuando tantas referencias antes y después de la muerte del marqués encontramos sobre su gran biblioteca? Hace unos años, con motivo del encargo que me hizo la Real Academia de la Historia para preparar una síntesis de la vida del marqués, volví a interesarme sobre el asunto. En aquella ocasión llegaron a mis oídos que un historiador de la provincia había dado con un documento en el que se contestaba a algunas de las interrogantes que planean sobre este suceso. Aquel historiador y cronista oficial de la población que le vio nacer - ya fallecido, por lo que me van a permitir no dar su nombre- me confirmó que había consultado un documento (no me desveló dónde, ni yo se lo pregunté, cosa que lamento ahora), en el que se daban datos de la población desde donde debía salir la biblioteca una vez embarcada, las recomendaciones para el traslado, y el catálogo de libros que se pretendía embarcar. Lo curioso es que tal documento era posterior a la fecha del posible naufragio, lo que llevaba al historiador mencionado a sugerir la hipótesis de si realmente se produjo dicho traslado, o lo que es lo mismo ¿pudo ser el destino de la biblioteca otro? No me negarán que todo parece el argumento de una novela de misterio.

Libros recomendados

Cigarrales de Toledo

Tirso de Molina. Castalia, 1996

Traer aquí a Tirso de Molina puede ser sinónimo de teatro, de comedia barroca, género en el que fray Gabriel Téllez es para la historia de la literatura una de sus cimas, junto con Lope de Vega y Calderón de la Barca. Sin embargo, 'Cigarrales de Toledo' no es una comedia, sino una novela. Y como ya hiciera con todas sus obras teatrales, en las que siguió fielmente el patrón impuesto por Lope, en esta narración sigue con la misma fidelidad los modelos establecidos en la época, de tal manera que leer 'Cigarrales' es lo mismo que sumergirse en la narrativa barroca. En torno a un hilo conductor, Tirso va ensartando pequeñas narraciones, poemas e incluso breves piezas teatrales. Es decir, todos los ingredientes que caben en un género tan proteico como indefinible, un verdadero y el mejor cajón de sastre que utilizaban los escritores para fabular. En el amplio y prolífico género de aventuras que tan buenos frutos sigue dando en nuestra literatura. J.L.R.

Dramas rurales

Jacinto Benavente. Novelas y Cuentos, 1994

A veces en esta página nos paseamos por ese panteón de escritores que inmerecidamente han sido olvidados, aunque en esta cuestión de méritos también hay grados: unos con más motivos que otros; ya sea porque no aguantan el paso del tiempo, ya porque los vientos literarios no corren en la misma dirección, o porque (todo hay que decirlo) algunos son escritores considerados hoy políticamente incorrectos. El caso de Jacinto Benavente no tiene explicación o, al menos, yo no encuentro muchas razones para inscribirlo en ese panteón del que antes hablábamos. Muy pocos dramaturgos han sabido, como Benavente, exponer en las tablas los vicios y virtudes de la burguesía en sus dramas burgueses y, como el libro que reseñamos, los ambientes rurales con obras tan célebres como 'La malquerida' o 'señora ama'. Pero, además, en su producción se encuentran dramas como 'Los intereses creados' y 'la ciudad alegre y confiada' que resisten perfectamente el paso de cualquier tiempo. J.L.R.

Olvidado Rey Gudú

Ana María Matute. Espasa, 1996

Con motivo de la reciente concesión del máximo galardón de las letras españolas, el Cervantes, a Ana María Matute, creemos apropiado echar una mirada a su obra simbolizada en esta ocasión por un libro excelente, 'Olvidado rey Gudú'. La propia autora con dicho libro salía de un periodo de veinte años de silencio, y lo hacía con un libro que años después se ha convertido en objeto de culto, de lo que nos dan fe sus numerosas reediciones. Ambientada en escenarios medievales, su desbordante fantasía y acción conquistan al lector, aunque sea la visión que nos deja del paso del tiempo y su reflejo sobre las emociones humanas, lo que confiere a la narración un carácter excepcional. La propia Matute, al entregar un ejemplar para ser conservado en la cámara acorazada del Instituto Cervantes, lo quiso destacar como ejemplo de su creatividad. R.C.P.

Pistola y cuchillo

Montero González. El Aleph, 2010

José Monge 'Camarón', y Antonio Humanes son los autores de la letra de unas bulerías que luego cantará el primero, y ahora toma Montero González como titulo para su libro. No teníamos noticias de él desde aquella espléndida 'Pólvora negra', premio Azorín de hace un par de años, pero ahora nos vuelve a sorprender y precisamente sobre un personaje, el mencionado Camarón, sobre el que se podía pensar se ha escrito y dicho todo. Pero no. Y es que en poco más de un centenar de páginas el autor va recorriendo la figura del mítico cantaor, desde su infancia en San Fernando, hasta su experiencia madrileña. Desfilan anécdotas y personajes y sobrevuela sobre la narración ese algo indescriptible que identificamos como flamenco. González Montero en todo caso opina que "la biografía es un género muerto"- y, quizás por ello, la fabulación sobre la figura de Camarón forma parte legítima de este libro singular. R.C.P.

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