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Ragel regresado

  • Los Claustros ofrecen hasta el próximo 5 de abril una amplia muestra sobre el fotógrafo jerezano Una segunda parte se podrá ver en las Bodegas Tradición

El día en que el país inaugura una pasarelas de políticos, un tipo llamado Diego González Ragel se escabulle de tanto espectáculo trasnochado, coge la puerta y se marcha para regresar a su tierra. Llega a Jerez en alma y en materia, vuelve cien años después de haber dejado su ciudad natal para presenciar en espíritu la inauguración de una exposición con gran parte de su trabajo fotográfico, su legado. De esta forma, los Claustros acogen desde ayer la muestra 'Ragel, reporter fotógrafo', cedida al efecto por el Ayuntamiento de Madrid y el Archivo Ragel, patrocinada por Bodegas Tradición, que permanecerá abierta hasta el próximo día 5 de abril y que tendrá una extensión, dado el gran número de obras de dicho archivo, en las mencionadas Bodegas entre el 12 de marzo y el 17 de mayo, a la que se añadirá a la vez una selección esencial de las mejores imágenes del autor.

Todo empezó cuando María Santoyo, bisnieta del autor, historiadora del Arte y comisaria de la muestra, comenzó a investigar hace una década la obra de Ragel, de la que sólo sabía por su madre que fue fotógrafo del Banco de España. Rastreando dio con un familiar cercano, Carlos González Ximénez, poseedor precisamente del archivo del fotógrafo. Un tesoro inédito en gran parte que dio lugar a una exposición en Madrid en el Museo de la Ciudad en el año 2010. Fue entonces cuando el destino 'rageliano' hizo que Adrián Fatou y María se conocieran, ya que ambos investigaban a la misma familia. Y voilà. Tanta retroalimentación no puede ser mala y ha traído aquella muestra a Jerez cinco años después. "Era una lástima que esta exposición muriera en un almacén. Tenía todo el sentido del mundo que viniera Jerez. Es cierto que Ragel (Jerez, 1893 - Madrid, 1951) hizo carrera en Madrid, adonde se marchó con 18 años, pero nunca perdió sus raíces. Venía con frecuencia", cuenta Santoyo.

Diego era hijo del reputado fotógrafo jerezano Diego González Lozano, que retrató a las principales familias y toda escena o acontecimiento dignos de inmortalizarse en aquella época, a finales del siglo XIX. Su estudio estaba en el número 15 de Porvera, donde Ragel hijo aprendió el oficio. De allí partió a la capital para trabajar como retocador en el afamado estudio de Kaulak y, tras un breve periodo en Buenos Aires, se instaló definitivamente en Madrid con su hermano Carlos, el pintor.

De las paredes de los Claustros cuelgan retratos de personajes andaluces, desnudos, llamativas imágenes en torno a la familia Sorolla, a la que estaban muy unidos él y su hermano Carlos, que eran íntimos amigos del hijo del pintor, Joaquín. Un joven de mirada descarada y enigmática, fotografiado en varias ocasiones. Y reportajes deportivos, ya que era asiduo a los hipódromos y a las carreras de coches en Lasarte. De hecho, la imagen en la que Alfonso XIII despide en Atocha a Miguel Primo de Rivera desde donde el militar parte hacia el exilio, se muestra su amor por las cuatro ruedas, porque el protagonista es el vehículo, no los políticos.

Hay una sección dedicada también a su labor de calle en Madrid, escenas de la vida cotidiana, de sus paseos diarios, de incendios, del tren... También se exhiben sus reportajes más modernos, similar a lo que se hacía en los años 30 en el extranjero, así como imágenes de su vida personal, sus orígenes, su relación con su hermano Carlos... Una de las retratadas es la abuela de Santoyo, cuando era una niña, que parece que observa a la nieta mientras es entrevistada. También se exponen publicaciones de la época y la cámara con la que solía trabajar hasta que en los años 40 se pasó a la automática.

Hay que destacar que las copias de esta exposición han sido positivadas y restauradas en el taller de Juan Manuel Castro Prieto. "La muestra -sostiene Fatou- cuenta la historia de una persona. Hay algo de autobiográfico en cada una de ellas, como la etapa tan intensa que vivió con los Sorolla, sus aficiones personales, los deportes, la ciudad en la que vive -un hombre que sale de Jerez y llega a un Madrid en expansión-, y luego ya lo relacionado con su trabajo y su familia".

A la inauguración de la muestra acudió parte de la familia del fotógrafo, "que mucha desconocía la importancia de su trabajo. Para mí fue una sorpresa mayúscula cuando entré en el archivo, que contiene unas 10.000 placas, acetatos, negativos... Miles de imágenes que estamos catalogando. Un porcentaje de lo que hizo en vida que es lo que ha sobrevivido", señala Santoyo.Un oficio, el de fotógrafo, que se ha transmitido de padres a hijos, así como un archivo que mantiene con vida el trabajo de un tiempo y la labor de un artista.

Esta cita supone la apertura oficial de las IV Jornadas de Archivos Privados que se celebrarán del 9 al 13 de marzo en la Sala Compañía, y que están organizadas conjuntamente por la Real Academia de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras, la Fundación González Byass y la Asociación Jerezana de Amigos del Archivo, estarán dedicadas en esta nueva edición a las propuestas de gestión y conservación de los archivos fotográficos, contando con el patrocinio del Ayuntamiento de Jerez, Arte y Memoria y Bodegas Tradición y la colaboración de la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Madrid, la Fundación Casa de Medina Sidonia, Diario de Jerez, Izar S.A. y la Agrupación Fotográfica San Dionisio.

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