GANADERÍA: Novillos de El Cortijillo y Alcurrucén, correctos de presentación y deslucidos en conjunto. TOREROS: José Manuel Mas, saludos y saludos tras aviso. Juan Carlos Rey, saludos y vuelta tras petición con aviso. Luis Manuel Casares, saludos tras aviso en ambos. Incidencias: Plaza de toros de Zaratoza. Más de un tercio de entrada.

Una novillada muy baja de raza y de pobre juego de dos de los hierros de los Hermanos condicionó el festejo inaugural de la Feria del Pilar. Juan Carlos Rey dio una vuelta tras petición de oreja después de una templada al mejor novillo de la tarde, un animal noble, sin mucha transmisión ni raza, al que pudo torear despacio en series por ambas manos bajando la mano y llevándolo largo. Le costó una voltereta al final, pero un espadazo sin puntilla le valió para recorrer el anillo. Rey saludó una ovación en su segundo tras una gran estocada que fue lo más destacado de su actuación frente a un ejemplar manso y protestón.

Destacó también la actitud y el valor toda la tarde de Luis Miguel Casares, que pechó con el lote más geniudo y desagradable del encierro, sin arrugarse el torero y jugándose la voltereta que llegó en el tercero. En ese primero de su lote, puso ganas. En la faena siempre quiso torear por bajo, pese a los protestas del novillo. El aragonés estuvo firme y se metió encima del novillo arancando los muletazos de uno en uno costándole esa voltereta sin consecuencias. De nuevo importante con el sexto, un animal que topó en las telas.

El novillo que abrió plaza fue un ejemplar flojo y justo de raza, aunque manejable con el que José Manuel Mas puso ganas y dejó momentos buenos sobre la mano diestro, llevando al novillo muy por abajo y tapado a un novillo que por el izquierdo le costó más. Ejemplar sin transmisión alguna y actuación un tanto fría de Mas que no llegó al público.

El cuarto, que manseó en los primeros tercios, arreó más al principio de faena pero en cuanto le exigió José Manuel Mas, protestó el novillo.