Nuevos aires soplan por la vida profesional de Sylvia Pantoja. La de una mujer cantante, compositora y creadora de su propio sello discográfico. Una artista que, arrastrada A favor del viento, destila madurez, independencia, sensualidad y compromiso.
-A favor del viento la sitúa en una nueva y novedosa faceta de su trayectoria musical.
-Sin duda este trabajo marca un antes y un después en mi carrera. Me siento muy orgullosa e involucrada puesto que he creado mi propio sello discográfico junto a Edgar Cabral, he compuesto la mayoría de los temas y he seguido todos los pasos del trabajo. Así que lo siento más mío que todos los anteriores.
-¿Qué tal la experiencia como compositora?
-Hace ya mucho tiempo que escribo. Pero me daba vergüenza y terminaba rompiendo lo que hacía. Entonces José Antonio Ogara me empujó. Un día llegué a su casa, se puso al piano, me dio papel y boli y me dijo: "escribe". Hubo feeling y empecé. Fue una experiencia única.
-En A favor del viento también vemos a una Sylvia más rompedora, madura y sensual.
-He descubierto mi parte sensual, como yo digo... a la vejez viruela. Pero ahora me saco más partido, me veo más sexy, más guapa. Además la experiencia ayuda y te da más seguridad en ti misma.
-En Cádiz los vientos están siempre muy presentes, como en su disco...
-Sí. Y me gusta mucho porque se trata de un mensaje muy positivo, perteneciente a la canción Mi mundo, en la que dice: Caminaré sin prisa y a favor del viento. Además es una balada autobiográfica.
-¿Qué hay de novedoso en este trabajo?
-Pues el estilo, tan personal, tan mío. También marca la diferencia con la inclusión de cinco vídeo clips, a ver si evitamos la piratería.
-La versatilidad es otro de los puntales de este disco. Incluye funky, reggae, baladas...
-Me considero más artista que cantante y me gusta tocar casi todos los palos. Si tengo que hacer pop hago pop, o copla o flamenquito. De hecho hace poco me propusieron cantar en catalán y así lo hice. Soy muy arriesgada y me encanta porque se aprende mucho. Por eso no me gusta encasillarme, ni describirme. Lo único que sé es que soy muy feliz cuando me subo a un escenario.
-¿Aparte de su participación como jurado en el programa de Canal Sur Se llama copla, qué significa este género para usted?
-Mucho porque me he criado en el flamenco y en la copla. Quieras o no, está en tus genes.
-También ha compaginado su carrera profesional con el teatro y televisión. ¿Dónde se encuentra más cómoda?
-Todo lo que tenga que ver con el arte me gusta. En teatro protagonicé María de la O y me encantó la experiencia, he participado en la película El ekipo Ja, he presentado en Benidorm. Y todo me ha aportado.
-¿Tiene algún otro reto profesional?
-No tengo retos. Me gusta la vida presente y lo que vaya saliendo bienvenido sea. No hay que ir con muchas expectativas, que si no las cosas no salen.
-La veo modesta.
-No, soy sincera, aunque tengo mis sueños. Me gustaría probar el cine más de lleno porque me encanta la interpretación. Como anécdota, hace muchos años Almodóvar me llamó y me dijo que iría a verme a una gala junto a Bibi. Me quedé pasmada, pero finalmente no apareció. Todavía le estoy esperando (ríe).
-¿Cómo ve el panorama musical del momento?
-Muy saturado. Hay mucho producto y es más difícil promocionar. Por eso duran más los discos. Ésta es la parte positiva.
-¿Qué le pide a la música?
-Pues seguir viviendo de ella, que no es poco, ni fácil. Llevo muchos años viviendo de algo que me gusta y me siento una privilegiada. Claro que he tenido momentos peores y mejores, pero de todos se forja un artista.
-¿Y qué momento vive ahora?
-Un momento bonito, dulce y más seguro. Tengo un trabajo bueno, me siento muy segura, orgullosa y a gusto. Sólo falta trabajarlo con atención, intención y dedicación.
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