Cultura

Talento en el punto de mira

  • Los intérpretes sueñan con que 'Lisístrata' se vea en alguno de los grandes festivales andaluces

"Mi padre me enseñó a tener respeto a los escenarios. Me decía que cada componente de un elenco, aunque sólo toque las palmas o diga dos frases, debe estar al 100% cuando se enfrenta al público. Yo lo he dado todo y mis compañeros también", sonreía, feliz aunque agotada, la cantaora granadina Estrella Morente tras debutar como intérprete teatral sobre las piedras del Teatro Romano de Mérida. La mayor de las hijas de Enrique Morente estuvo atenta a todos pero, especialmente, a Antonio Canales, ante cuyo baile por tangos no pudo evitar algún "ole" proscrito por el director de la obra, José Carlos Plaza, partidario de reconducir el frenesí improvisador de los artistas flamencos en una propuesta a medio camino entre el teatro y la ópera flamenca. "No le pongáis etiquetas, tal vez hemos creado un género nuevo", soñaba Manuel Fernández Macandé, mánager de Estrella Morente, en el peristilo del teatro emeritense.

El nombre de Miguel Narros era el más citado por todos los participantes en La guerra de las mujeres, incluido el director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro, para quien el estreno tiene algo de "deber cumplido" por parte de quienes trabajaron con el director teatral madrileño. Más de 3.000 personas disfrutan desde la noche del jueves en las cáveas romanas con esta desmelenada Lisístrata que se representará hasta el domingo 14. La versión flamenca de la huelga de sexo de las mujeres refugiadas en la Acrópolis es el éxito más reciente de Cimarro, con más de 2.000 entradas vendidas ya para cada una de las funciones, varias de ellas a punto de agotarse. También de Antonio Canales, ansioso por llevar esta Lisístrata al teatro romano de Sagunto los días 19 y 20, "y después, por qué no, a la Bienal de Sevilla, que podría acoger su debut para caja escénica. Este es un montaje ambicioso que demanda grandes festivales y es una lástima que Andalucía se quede sin verlo", recalca.

Tanto él como Estrella Morente estaban citados el 9 de septiembre en Sevilla para inaugurar la Bienal acompañando al maestro de la guitarra Rafael Riqueni, a quien sus compromisos con la justicia impedirán actuar en lo que se concibió como un homenaje a la trayectoria del Giraldillo 2014. "Pase lo que pase, ese día le dedicaré a Riqueni unos tangos; ahora más que nunca es cuando tenemos que apoyarlo", avanza todavía ataviado como el Comisario de Lisístrata, obra donde asume, junto a la exdirectora del Ballet Nacional de España Aida Gómez, la dirección coreográfica. Los bailes que ambos se marcan recuerdan la grandeza de la danza española reciente, y el apoyo público que tanto favoreció su despegue. "Hace 15 años yo padecía problemas similares a los que hoy se enfrenta el director del BNE Antonio Najarro", rememora Aída Gómez, una espléndida mujer de 49 años que no aparenta -"pero es que empecé jovencísima en esto"- y una de las grandes directoras que ha tenido la compañía pública, cuya huelga ha obligado a cancelar el espectáculo previsto para esta Bienal, como ya avanzó este medio.

El sur, sin duda, le va a tirar los tejos a esta Lisístrata porque de Andalucía procede la mayoría del elenco: desde la Granada de los Carmona, Morente y Carbonell a la Sevilla de Canales y Mariano Bernal (primer bailarín en el equipo del citado Najarro), o el Cádiz trimilenario de Edu Guerrero, otro de los bailaores solistas cuya carrera es tan ascendente como la de Christian Lozano, al que veremos en la Bienal acompañando a Eva Yerbabuena en Apariencias el 12 de septiembre.

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