Cultura

Vargas Llosa: "La corrupción es un problema mayor de nuestro tiempo"

  • El premio Nobel de Literatura presentó ayer en la madrileña Casa de América su última novela, 'El héroe discreto', que sale a la venta hoy en España, Latinoamérica y Estados Unidos

El escritor Mario Vargas Llosa sitúa en el Perú actual su nueva novela, El héroe discreto, una historia de chantajes, venganza y codicia desmedida en la que reivindica la cultura como arma para luchar contra la barbarie y destaca la importancia de tener convicciones morales y de defenderlas.

"Desgraciadamente, vivimos en un mundo en el que muchas veces la ambición hace que se desmoronen los principios, los valores, y que se delinca sin ningún escrúpulo", afirma el escritor en una entrevista donde comenta las claves de su obra que ayer se presentó en la madrileña Casa de América y que hoy se pone a la venta en España, Latinoamérica y Estados Unidos.

En ese encuentro, que tiene lugar en su casa de Madrid, Vargas Llosa asegura que la corrupción "es un problema mayor de nuestro tiempo" y critica a quienes, por tener dinero y poder, creen que pueden "transgredir todas las leyes porque su estatuto social les garantiza la impunidad".

Publicada por Alfaguara, El héroe discreto refleja un Perú "muy diferente" de aquel en el que ocurrían sus novelas anteriores y supone el regreso del premio Nobel de Literatura a escenarios tan queridos para él como las ciudades de Lima y Piura, muy distinta esta última de cuando él vivió allí de niño y de joven.

"Ahora es una ciudad moderna, que ha crecido mucho y que vive una prosperidad que por una parte es positiva, pero que también ha traído problemas de delincuencia que antes desconocía", señala el autor. Con otras palabras lo dirá el sargento Lituma en la novela: "Estas son las consecuencias del progreso".

Y es que en El héroe discreto el escritor recupera antiguos personajes como el de Lituma (Lituma en los Andes), y don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito (Los cuadernos de don Rigoberto), y evoca pasajes de una obra suya tan importante como La Casa Verde.

"Es curioso. Con algunos personajes me sucede que cuando comienzo a darle vueltas a una historia, comparecen como ofreciéndose, como si no los hubiera aprovechado bastante en las obras anteriores. La novedad es que en esta novela, aunque los personajes vienen de mundos muy diferentes, sus destinos se unen misteriosamente, como ocurre muchas veces en la vida", añade este gran fabulador.

Y aunque buena parte de las historias de El héroe discreto rozan "lo dramático, lo truculento", Vargas Llosa impregna la narración de ironía y de "buen humor" y utiliza recursos propios del melodrama, un género por el que siente "una atracción un poco perversa", confiesa.

En esta novela "hay muchas pruebas de que la vida vale la pena ser vivida, que no todo es desgracia, tragedia, frustración. No: la vida tiene también alegría, placer, exaltación", subraya.

El origen de El héroe discreto tiene que ver con un hecho que ocurrió en el norte del Perú. Vargas Llosa oyó "en algún noticiario" que un modesto empresario "se había negado a pagar las cuotas que le pedía una mafia, amenazándolo, chantajeándolo. Y había hecho pública esta decisión".

Y eso es lo que le sucede a Felícito Yanaqué, "el héroe discreto" por excelencia de esta novela y un personaje entrañable. Es un pequeño empresario de Piura cuya ordenada vida se complicará tras ser víctima del chantaje y la extorsión.

De origen muy humilde, Yanaqué se niega a pagar lo que le piden porque siempre ha procurado ser fiel a lo que le dijo su padre antes de morir: "Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo".

La segunda historia de la novela cuenta las vicisitudes de Ismael Carrera, un importante empresario de Lima, dispuesto a desafiar las convenciones sociales y a vengarse de sus dos hijos (apodados "las hienas"), que no dudaron en desearle la muerte para quedarse con todo.

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