El artista tarifeño Antonio Rojas desprende una doble virtud sobre el lienzo. Pinta y conduce al engaño visual con sus creaciones. Confunde al espectador con la creación de un efecto óptico mediante el que la perspectiva se invierte. Se da la vuelta. Y logra retener más tiempo del habitual la mirada del interlocutor.

El resultado de esta sugerente propuesta, Especies de espacios, se exhibe desde ayer en la Galería Benot. La técnica la coge prestada del que considera uno de sus precursores, un artista británico, y el título del libro que el escritor Georges Perec escribió a finales de los 60. " Este autor aborda el espacio de una forma conceptual e infinito", explica Rojas, lo que en cierta manera tiene mucho que ver con su forma de concebir el arte. Y es que el dominio del espacio que demuestra sobre el lienzo el artista tarifeño es total y absoluto.

La propuesta que hace en Benot, anteriormente exhibida en la galería Ramón Puyol de Algeciras, muestra un total de 12 cuadros realizados en acrílico sobre lienzo y madera. Cinco de ellas se centran en este efecto óptico en el que hace tiempo viene trabajando, pero que hasta ahora no ha decidido aglutinar en una exposición dominada por esta técnica basada en la perspectiva invertida o la anamorfosis.

Para verlo claro el espectador tiene que fijar la mirada a unos cinco metros del cuadro, "lo que confiere profundidad y desdoblamiento, llegando incluso a marear". Es la creación en 3D impregnada en pintura, en varias imágenes cuya percepción nada tiene que ver en un primer plano que en perspectiva.

Los motivos de los que se sirve son además puramente espaciales e intrínsecamente ligados al trazo geométrico. "Que es una constante en mi trayectoria", asevera.

Así, ofrece retazos de ciudades y paisajes siempre marinos, a través de muros y ventanas que parecen ocultar algo tras el lienzo. "Solo muestro una parte del paisaje". Paisajes como el de Gibraltar, totalmente identificable con el Peñón o el faro; el puerto sintetizado en Tarifa, su tierra natal, así como un Cádiz fragmentado en tres imágenes que se ofrecen al espectador desde tramos de baluartes y fortalezas como la Alameda o el Castillo de San Sebastián.

Esbozos de ciudades que pretende hacer identificables desde su especial manejo de la luz, que es una de sus mayores pasiones y fuentes de inspiración. De hecho, explica, es la luz lo que pinta, a partir de marcos u orientaciones completamente invadidos por esta potente visión lumínica. "Los volúmenes se han de adivinar gracias a las partes sombreadas", explica en el catálogo de la muestra el propio Antonio Rojas, que próximamente tiene previsto exponer en la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbao.