maribel ortega. soprano

"Un poco de Wagner siempre viene bien para el espíritu y para el ánimo"

  • La jerezana debuta hoy en Oviedo como la primera española en interpretar la Brunilda de Wagner en 'Siegfried'

  • Se muestra ilusionada y reconoce que cantar en alemán es todo "un reto"

El Teatro Campoamor de Oviedo verá hoy debutar en el papel de Brunilda en 'Siegfried' a Maribel Ortega. La soprano jerezana se muestra ilusionada por ser la primera española en tener este rol en la ópera de la tetralogía de Richard Wagner, aunque reconoce que aún le queda mucho por hacer en el mundo de la lírica. A la dificultad de cantar y actuar a la vez se le suma, esta vez, el hecho de encandilar al público haciéndolo en alemán.

-¿Cómo se siente?

-Me siento una privilegiada ya por dedicarme a lo que me gusta. Es verdad que Wagner impone más que cualquier otro, por la densidad orquestal de sus obras y porque el idioma es bastante difícil. También implica otro tipo de lenguaje y de filosofía al de otros compositores italianos. Yo me he estado preparando y he disfrutado mucho durante un proceso en el que mi personaje va creciendo.

-¿Cuántos meses de preparación tiene una obra así?

-Empecé a mirarlo hace más de un año. Lo he ido cogiendo, dejando... Y vas haciendo un estudio en varios aspectos: el fonético, el musical, la memoria, las emociones... Hay que ir integrando poco a poco todos los aspectos para cantar algo de tal envergadura.

-¿Qué es lo más complicado?

-La densidad orquestal cuenta mucho. Esta densidad es aún mayor porque aquí hay dos orquestas, Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y la Filarmónica de Oviedo. Aparte, no están en el foso, como sería normal, sino que están detrás. Es decir, que las orquestas ocupan el espacio en el que deberíamos estar los cantantes y el director de orquesta está detrás nuestra. Para mí esa es la mayor dificultad: no tener contacto visual en un debut con el director de orquesta. Pero bueno, para eso están los ensayos y nos tiraremos a la piscina sin red ni nada. (Risas). Ya tirarse a la piscina con Wagner es un gran reto, si encima no ves al director y tal... De todas formas, creo que este es el mejor rol para debutar en Wagner, porque es muy bonito, muy lírico, muy cantable; muy femenino y menos declamado. Más cantado y más parecido a lo que yo llevo haciendo en la ópera italiana.

-¿Qué es más complicado, interpretar o cantar?

-Para mí es hacer las dos cosas a la vez. (Risas). Es que, claro, me estoy dando cuenta de qué dificultad tengo con este rol y en realidad es hacer que el público entienda lo que estoy cantando. La única manera es modulando los colores de la voz, pero también con la actuación. Porque, al no ser un público de habla germana, aunque haya subtítulos, tienes que llegar al público a través de una emoción del texto que no entienden y de la música. Pero también de tu expresión corporal. Ahí es donde hay un reto. Es una parte más del trabajo. El oído español está más habituado a ese sonido italiano, más parecido al nuestro. Ya de entrada lo que es el lenguaje musical de Wagner, el orquestal, el instrumental, ya te da una dimensión, es muy cinematográfico. De hecho, la voz es un instrumento más en Wagner. No es como en el italiano, donde la voz lo que hace es acompañar entre comillas a la orquesta y viceversa. En cambio, aquí Wagner escribe sus obras y forma una parte total: la voz se integra como un instrumento más en toda esa densidad musical. Entonces se ha de oír, pero no es la protagonista.

-¿Al final, acaba enganchando Wagner?

-Dicen que o lo odias o lo amas. Yo creo que hay un término medio. Lo que hay que ir es sin ningún tipo de prejuicios. La ópera dura casi 5 horas con los descansos y tiene un rol muy duro para el tenor. Pero una vez que asumes que vienes a llenarte de un espectáculo completo que te eleva espiritualmente y que es una historia que te cuenta un argumento un poco mitológico es como dejarte llevar. Eso de odiar es una exageración: un poco de Wagner siempre viene bien para el espíritu y también para el ánimo.

-¿Qué le queda por hacer?

-Yo espero que mucho. (Risas). Estoy empezando a dar mis primeros pasos en el repertorio alemán y me gustaría seguir descubriendo qué me trae este camino. A nivel de ópera italiana siempre he hecho lo que me gustaría hacer. Estoy muy feliz, porque son roles muy complicados donde mi voz se encuentra bastante a gusto. Me gustaría volver a repetir una ópera a la que le tengo mucho cariño, que es 'Un ballo in maschera', de Verdi. Habrá que esperar, porque de momento no se presenta.

-¿Y de las obras de Wagner hay algún papel que le gustaría hacer en concreto?

-Hay uno que me encantaría hacer dentro de Wagner y es la Isolda de Tristán de Isolda. Eso sería para mí el culmen de mi carrera, llegar a poder interpretar ese rol. A nivel de otra ópera no sé, porque también me gustaría volver a repetir cosas que ya he hecho, pero bueno, hay que ir poco a poco...

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