Sergio Peris-Mencheta. Actor y director teatral

"El acto creativo tiene que estar despojado de todos los miedos"

  • El madrileño dirigirá mañana en el teatro Pedro Muñoz Seca de El Puerto su propia adaptación del clásico de William Shakespeare, 'Tempestad'.

-'Tempestad' es un tratado sobre los recovecos de la búsqueda del poder y su ostentación. Una temática muy de actualidad…

-Seguramente ahora más que nunca. Shakespeare, en general, si es un clásico es precisamente porque es un retratador maravilloso del alma humana. Y nos demuestra que parece que no hemos aprendido con los años, que seguimos cometiendo los mismos errores. Está claro que el ser humano es ese que tropieza en exceso en la misma piedra.

-La vista, el oído, el tacto, el gusto, y el olfato tienen que estar a pleno rendimiento para poder disfrutar de este montaje. ¿Por qué son tan importantes?

-Lo que tratamos es de intentar que el público esté en una isla, que vaya entrando poco a poco. El teatro, a diferencia del cine, es un plano general permanente. Cambiar el chip cuando entras a ver una obra de teatro cuesta mucho más que cuando vas al cine. Para entrar en la magia del teatro hace falta más rato, y eso que el teatro goza de una libertad que no goza el cine, o de unas ventajas. Y es que ocurre aquí y ahora, se puede jugar con los sentidos.

-Además de la dirección, usted ha sido el encargado de realizar la adaptación. ¿Se ha tenido que poner algún límite a la hora de hacer realidad lo que tenía en mente?

-A mí me gusta llegar a los ensayos con un latido, con una vibración que diga: "Me apetece contar esta historia, no sé muy bien por qué. Pero el caso es que me apetece contarla". No lo coloco mucho en la cabeza, me gusta pensar más con las tripas y con el corazón que con la cabeza. Ya se encargará luego la cabeza de ordenarlo todo, de ponerle palabras. En lo creativo, el caos es bienvenido. Tempestad es un ejemplo claro de esto, para bien y para mal. Es una creación colectiva, hecha aquí y ahora, y en cada momento en los ensayos. Cada vez que hacen la función se reinventa. El texto, en este caso, es el pretexto para hablar del contexto.

-"Es una adaptación sencilla, juguetona, llena de música, humor y teatro". ¿Las cosas parecen así o ha habido una gran labor de producción que no se puede ver?

-Todo es mucho más sencillo de lo que nos lo han contado. Al final del camino, lo que está es la clave del asunto, es esta dicotomía, este enfrentamiento entre el miedo y amor. Cuando le tenemos miedo a las cosas no las amamos, no las hacemos nuestras ni se hacen nuestras, porque les tenemos miedo, porque las rechazamos. Éstas son las dos energías que mueven el mundo, el miedo y el amor. Cuando empiezo un proyecto trato de que la energía que domine sea la del amor, y no la del miedo. El acto creativo tiene que estar despojado de todos los miedos, y empapado de amor.

-'La tempestad', el título original que le dio a la obra William Shakespeare, mezcla la tragedia con la comedia y con el romance. ¿Se ha concentrado en un género o a continuado con este totum revolutum?

-No sé muy bien cuál es el género. Sé que tiene mucho de comedia. Yo diría que es un Shakespeare para toda la familia. Realmente es un Shakespeare creado para que lo entienda el niño de cada uno, incluso los niños, hay muchos que vienen a ver la función. Pero que el niño del adulto, el niño que está dormido, se despierte con esta propuesta. Generalmente entiendo el teatro desde ahí, desde los ojos de un niño.

-Su montaje tiene una duración de una hora y 45 minutos sin descanso. Tiene que ser interesante lo que se muestra para que el espectador no pierda el hilo…

-Está hecha para el público moderno. Ayuda bastante el hecho de que haya música en directo, hay una banda que toca música muy popera, rockanrolera por momentos... Hay un factor que diferencia esta función de una de teatro normal, y es que, primero, cinco actores hacen más de 20 personajes, y los cambios se ven en escena. En ningún momento los actores se van del espacio. Están permanentemente en escena y vemos cómo el actor se cambia a nivel físico de vestuario, pero también cómo cambia a nivel corporal, y cómo cambia su voz y cómo cambia todo para encarnar al próximo personaje.

-El reparto está compuesto por siete actores-músicos, tales como Victor Duplá, Quique Fernández, Antonio Galeano, Xabier Marúa, Agustín Sasián, Eduardo Ruiz, y Javier Tolosa. ¿Se trabaja bien con tanta testosterona concentrada?

-Me parece súper interesante que la Tempestad que se ha contado es una Tempestad contada por hombres. Porque la propia tempestad en sí ya es femenina. Porque la isla en sí ya es femenina. Porque hay una serie de elementos femeninos que de alguna manera conjugan el texto. Pero es interesante de repente ver cómo un hombre tiene que interpretar una mujer...

-Ésta no es la primera obra que dirige. ¿Qué le es más difícil, actuar o dirigir?

-Para mí siempre es muchísimo más difícil actuar que dirigir.

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