Comedia, Francia, 2010, 100 min. Dirección: Michel Leclerc. Guion: M. Leclerc y Baya Kasmi. Intérpretes: Jacques Gamblin, Sara Forestier, Zinedine Soualem, Carole Franck, Jacques Boudet, Michelle Moretti, Antoine Michel.Fotografía: Vincent Mathias. Música: Jérôme Bensoussan, David Euverte. Cine: Alameda.

El segundo largo de Michel Leclerc (J'invente rien), ganador de dos premios Cesar en 2011, convoca un repaso a la actualidad social, multicultural y política de la Francia de la última década bajo el colorido, vodevilesco, autoconsciente y frenético molde de la comedia screwball a propósito de una renovada guerra de los sexos.

En su epicentro, la improbable pareja disfuncional entre un veterinario retraído, reprimido y excesivamente formal (Jacques Gamblin) y una joven activista locuela y liberada (Sara Forestier, dándolo todo) va y viene, se encuentra y se desencuentra por un paisaje de progresismo liviano en el que cabe el trazo satírico respecto al compromiso, las injusticias, las desigualdades y otros viejos asuntos más propios del cine político que se cuelan aquí por las rendijas de una medida estructura de comedia romántica que se toma a la ligera asuntos tan serios como los abusos infantiles, el Edipo castrador o la deriva derechista y xenófoba del país vecino.

Leclerc y su guionista Baya Kasmi, a la sazón la pareja que inspira a sus personajes de ficción, imprime brío y entusiasmo a este batiburrillo de ideas y líneas de acción al que una entregada y carnal Forestier y un formidable Gamblin, siempre estupendo en estos registros limítrofes, sostienen con cierto encanto a pesar de sus flaquezas, concesiones e innecesarias pérdidas de tono que buscan anclaje dramático donde no hacía falta.