"Esto es una película, son villancicos con banda sonora porque están arreglados a la perfección y el contraste entre lo clásico de los arreglos y las voces de Tomasa y Jesús, que no pueden ser más flamencas, hacen un maridaje perfecto". Son las reflexiones del guitarrista Manuel Valencia mientras de fondo La Macanita interpreta 'Nana de Jerez', un villancico que levanta el vello. Es éste una apuesta firme del director musical, Julio Lozano, que tras oírlo el pasado año en la voz de Ismael Jordi "quería escucharlo en una voz tan personal como la de Tomasa. Es una copla que hacía Antonio Molina y Farina y había quedado en el olvido, creo que ha sido un acierto recuperarla", afirma.

No será una zambomba, ni un recital clásico, se trata de unir las  musas de lo clásico con los duendes, una unión que cuanto menos emociona. Detrás, un ejército de 24 valientes, 19 de ellos músicos, que llevan varios meses de ensayo por una causa solidaria. Porque el quid de la cuestión es recaudar fondos para Cáritas Diocesana en un concierto que tendrá lugar este domingo en la Catedral.   

De todos ellos, Jesús Méndez es quien más experiencia de este tipo posee "porque el año pasado ya hice 'Que suenen con alegría' y la verdad es que fue algo muy bonito", asegura. 

Con más recelo otea el horizonte Tomasa 'La Macanita', un emblema del villancico y la Navidad en Jerez pero que por primera vez se sube al carro de la parcela clásica, "al menos en directo", recalca. "Me hace mucha ilusión este proyecto, primero por la causa y luego por lo que supone para mí porque no se canta todos los días en la Catedral".

"Cantar con violines, con piano y todo tan detallado cuesta", continúa Tomasa, que menciona uno de los retos de los flamencos, el hecho de ceñirse a moldes concretos. "Eso es quizás lo más complicado para nosotros", destaca Manuel Valencia, "porque estamos acostumbrados a ir a nuestro aire".

Al otro lado de la escena están los músicos más clásicos, cuya visión es exactamente igual pero desde una perspectiva adversa. Así lo corroboran 'Costelat Quintet', cinco jóvenes músicas que viven con intensidad cada una de las piezas. Ángela Solís, una de las violas, no esconde su entusiasmo y sueña con "repetir esta experiencia más veces, porque es preciosa". 

Sandra Raña, violín primero y quien musicalmente lleva al grupo, entiende que "somos un cuarteto clásico y meternos en otro ámbito distinto cambia un poquito, sobre todo en cuestiones rítmicas", mientras que Llibertad  Aguilar, violonchelo, resalta "la espontaneidad" a la hora de ejecutar los temas".

A pesar de la disparidad de conceptos, la música fluye con normalidad, casi parece que llevaran años tocando juntos. Marta González, el otro violín, es el nexo de unión entre el grupo y Julio Lozano, aunque según ella "los artistas flamencos están encantados de hacer otro tipo de arreglos con cuerda que no están acostumbrados. Eso hace que sea llevadero".

En medio, las palmas de un triunvirato sobrado de compás, Chícharo, El Bo y El Macano, tres artistas de la percusión junto a Perico Navarro. No es habitual verles compartiendo escena con un fagot, el de José Luis Lozano, un oboe, el de Juan Nicolás Jiménez, o el contrabajo de Alfonso Fernández, testigos  partícipes de una propuesta más que llamativa. 

Entre el repertorio comprobamos la presencia, como no podía ser de otra manera, de temas históricos como la Nana de Belén, que hará La Macanita, Diciembre, aquel que compusiera Fernandito Terremoto y que interpretará Jesús Méndez, o Arcángel San Gabriel, que harán ambos en el que seguro será uno de los momentos de la noche. Del mismo modo cobran especial relevancia los coros de tres voces femeninas de enjundia, Felipa del Moreno, Tomasa Peña y Estefanía Zarzana.