Cultura

El buen uso del molde ajeno

  • Casey Dienel ya lo había intentado como cantante en la estela del folk y el jazz · Ahora suma a la fórmula el ingrediente electrónico y la sombra de Dirty Projectors

La norteamericana Casey Dienel es un buen ejemplo de culo inquieto. Debutó con nombre propio en 2006 firmando una deliciosa docena de canciones de aromas jazzísticos y vocación comedidamente pop. Pero aquel disco, titulado Wind-Up Canary, difícilmente podría haberla distiguido, pese a las no pocas virtudes de su versátil y dulce voz, entre el superpoblado panorama de cantantes con un oído en Joni Mitchel y el otro en Aimee Mann (pongamos por caso).

Un par de años más tarde, con Phylactery Factory, ya firmó como banda -la nueva marca fue, y es hasta ahora, Winter Hinterland-, aunque el registro sonoro se enmarcara en coordenadas similares con apenas tímidos avances -el uso de densos arreglos de cuerda y piano en la lograda creación de atmósferas-.

El epé Lunicalaire (2008) marcó el inicio de otro cambio. Suerte de homenaje a la edad dorada del pop francés, en su escueto listado se colaron tanto canciones propias como versiones de Serge Gainsbourg y François Hardy.

En uno de los dos cortes firmados por Dienel, Chat de Grillon, hacía su presencia la electrónica, elemento que ahora constituye el grueso de la paleta armónica sobre la que la vocalista lanza su apuesta más arriesgada hasta la fecha.

No Logic no es, en sentido estricto, un tratado de originalidad. Le debe mucho al enorme Bitte Orca de Dirty Projectors -la inclinación a desensamblar los patrones rítmicos del moderno R&B y el uso puntillista de las guitarras de inspiración africana; el manto de coros doblados como permanente contrapunto a la voz solista y la falsa sensación de liviandad armónica...-, pero fía al repertorio la responsabilidad de fijar la atención del oyente y gana.

El principal artífice de semejante mutación, Shawn Creeden, en nómina desde hace tiempo, esquiva la evidente posibilidad de quedar a la sombra, eclipsado por la omnipresente voz de Dienel: sus bases, sus arreglos, sus texturas, terminan siendo un activo tan importante en No Logic como la conmovedora cercanía de la cantante y sus agudas piruetas vocales. Auténtico equilibrio de pares para concluir en un todo.

Parece obvio que White Hinterland no crea molde alguno, pero no es menos cierto que sabe aprovechar los ajenos para facturar piezas francamente atractivas.

White Hinterland Dead Ocean Records. Pop. CD

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