Cultura

Por los caminos de la renovación artística

EL arte español de los años cincuenta de la anterior centuria se planteaba, sobre todos los demás argumentos que pudieran incidir en él, asentarse en una dinámica de modernidad. Los años sombríos que sucedieron tras la Guerra Civil, con su descarnado desenlace existencial, imponían una nefasta influencia para los intereses de la creación artística, que se veía totalmente coartada en sus postulados prácticos.

En aquellos años se comenzó a ver una tenue luz en los cenizos horizontes existentes. Todo esto forma parte de la exposición que se presenta en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y que se inicia, en aquel mítico 1957, con obras del cordobés Equipo 57y su sabia interacción cromática y espacial. Los fondos de la colección institucional andaluza sirven de base para el acercamiento al arte de aquellos años tan fundamentales y que termina en otro emblemático momento, el año 1975; año con muchos asuntos existenciales en una España que comenzó a dejar atrás el tiempo pasado y se adscribía a una Modernidad tan necesaria como anhelada.

La muestra se presenta con un sentido cronológico. Al Equipo 57, continúa otro de los momentos importantes en el discurrir de la renovación plástica, el GrupoFotográfico AFAL, aquel que naciera en la Almería de 1956 y que agrupó a los fotógrafos españoles con más interés por los aspectos abiertos de la fotografía, aquellos que se oponían a los intereses de lo más tradicional. Nombres de auténtica significación que, con diferentes intereses, abrieron los horizontes hacia rutas fotográficas de auténtico posicionamiento internacional. Joan Colom, Gabriel Cualladó, Paco Gómez, Gonzalo Juanes, Ramón Masats, Xavier Miserachs, Francisco Ontañón, Carlos Pérez Siquier, Alberto Schommer, Ricardo Terré, y Julio Ubiña, fotógrafos que marcaron un tiempo y una realidad que dejarían expeditas muchas rutas de la mejor fotografía que luego se haría en España.

La exposición retoma postulados pictóricos con una serie de artistas que forman parte de una amplia parcela creativa donde intervienen escenas planteadas desde el informalismo, desde el expresionismo, desde aquellas propuestas conceptuales y orgánicas que tanto rigor puesieron a la pintura de los años sesenta y setenta con pintores tan importantes como Joan Hernández Pijuán, Lucio Muñoz, Manolo Millares, José Guerrero, Gerado Delgado; Elena Asins, Manolo Barbadillo, Nacho Criado, Alfonso Albacete, Darío Villalba, Soledad Sevilla, Marta Minujín, Jhon Baldessari o José Luis Alexanco Robert Llimós, José Luis Alexanco, José Ramón Sierra y Juan Suárez o aquel Pepe Soto, tan corto en producción como vasto en ideas y especialísimos planteamientos pictóricos; también la nueva figuración con artistas tan significativos en el discurrir plástico como, Guillermo Pérez Villalta, Rafael Canogar, Alfredo Alcaín, Francesc Artigau y Artur Heras, entre otros muchos. Espacios pictóricos y escénicos que se completan con la presencia del Equipo Crónica y la importante comparecencia del accionismo vienés, con artistas tan fundamentales como Herman Nistch, Gunter Brus y Rudolf Schwarzogler, y sus espectaculares acciones llenas de radicalismo y extremosidad.

Muy interesante me parece, en el contexto general de la exposición, la documentación de la Galería La Pasarela, aquel proyecto del genial Enrique Roldán que fue el primero que se atrevió en la tradicional Sevilla a apostar por un arte distinto al solicitado en aquellos ambientes tan apegados a los aires barrocos de un pasado que parecía intocable. Galería La Pasarela que fue para muchos de los amantes del arte - como este que esto les escribe - espacio de peregrinación y culto a la búsqueda de emociones artísticas nuevas. Lo mismo que los elementos documentales de la Galería Juana de Aizpuru, que retomó las sendas dejadas por Enrique Roldán, unas vez cerrados los espacios de La Pasarela; así como los del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, antecesor en el tiempo del CAAC, y del Centro M11, aquel entusiasta proyecto de amplia estructura - sala de exposiciónes, editorial y promotora de todo tipo de actuaciones - que crearon Quico Rivas y Juan Manuel Bonet, con la finaciación de José Guardiola.

Una exposición que nos retrotrae a un tiempo de mucho entusiasmo por un arte que necesitábamos nuevo y lleno de trascedencia para romper con la monotonía que existía, hasta entonces, en aquella España con muchas ansias de sobrevivir a los tiempos de dudas, sombras y absurdas imposiciones.

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