Cultura

Las otras caras del vino

  • La sala Pescadería Vieja expone hasta el lunes la muestra 'Divino Jerez' de la jerezana María Higuero

Un 'no sé qué' le corría por las venas a una intrépida niña de 13 años. Allá por los años 80, que un adolescente tuviera una cámara de fotos, era complicado. Pero una llamada interior, y su madre, llevaron a María Higuero hasta Gibraltar para hacerse con una. Porque era el destino, y porque estaba escrito, hizo de aquel impulso su profesión, su vida. Aunque todo tiene al final su razón de ser. "Mi padre, al que no conocí, era periodista y editor del periódico de la base de Rota en los 70. Mi primer interés fuerte en la vida fue fotografiar pero no sabía cómo llegó a mí. Años después encontré a la familia actual de mi padre, fallecido en 2009. Ellos me contaron que él siempre llevaba una Nikon 35mm al cuello, aunque luego se dedicó a la prensa escrita. Fue entonces cuando entendí por qué llevaba esta pasión en la sangre".

Una historia fascinante, como los proyectos de Higuero, que hasta el próximo lunes expone en Pescadería Vieja su 'Divino Jerez'. "Una muestra que retrata un sentimiento y va más allá de la foto. El origen del proyecto estaba en hacerle un homenaje a Jerez, al jerez. Quería hacer algo especial sobre el vino y como está todo hecho, necesitaba que fuera diferente", cuenta la autora. Higuero busca siempre captar algo más allá, "y aquí quería hacer lo mismo. No sólo retratar una uva". Y pensó entonces en darle cara al vino, sentimiento y emoción a través del propio jerezano, "porque estamos tan unidos al vino. No se sabe en qué edad, en qué momento se empieza a tratarlo, a olerlo, a ver cómo lo toman los mayores, a respirarlo por la calle a través de las ventanas de las bodegas. Yo lo llevo en el ADN, tanto como la fotografía".

Y así, una serie de retratos recorren las paredes de Pescadería Vieja. Nombres populares de Jerez y del jerez, que cuentan a través de una imagen, un gesto, una mirada y unas palabras el significado que tiene para ellos el vino de la tierra. "Era el momento idóneo de que fueran estos personajes y no otros. No es azar, es el destino. La lista se hizo sola. Con esta exposición me he ido encontrando muchas puertas abiertas". Macanita, La Reina Gitana, Jaime González-Gordon, Angelita Gómez, Diego Carrasco, El Pipa, Juan José Padilla, David DeMaría, Fermín Lobatón... "La gente se prestó desde el principio y de manera desinteresada. Y transmitieron ese momento tan íntimo, con una copa en la mano. Cada uno quiso venir vestido a su manera, cerraron los ojos y relataron adónde les llevaba el vino de Jerez".

"Han sido nueve meses de elaboración, y no creo que tenga una experiencia igual. Tantas vivencias con ellos, el vino de por medio... Yo he dado mucho de mí en el estudio y ellos me han correspondido. Es como sonreír y que te respondan con otra sonrisa. Quería que fueran ellos mismos. Ellos me han transmitido. Pura retroalimentación. Ha sido tanto que lo mismo escribo hasta un libro", afirma la autora, que con una copa en los labios también recuerda cómo su abuelo se tomaba un Tío Pepe por la mañana y otro por la noche. "Lo llevamos en el ADN. Enfoco esta exposición sentimental desde el punto de vista que nos une a todos". La propuesta, que ha contado con varios patrocinadores, viajará próximamente a Madrid y casi con toda seguridad a Nueva York. "La idea -cuenta- es que sea una exposición itinerante y que se vaya mostrando ese sentimiento por donde pueda sentirse".

Higuero se dedica a la fotografía en cuerpo y alma, vive de ella. "Yo me voy de viaje y me llevo la cámara. Ahora tengo que retratar a 400 niños por su Comunión, pero los niños te lo dan de forma natural, esa inocencia... Fotos que expresan tanto". Multidisciplinar, también tiene bodas a la vista, una de ellas en Croacia. Y, por supuesto, para las próximas Navidades asegura que sorprenderá con una nueva propuesta genial para ofrecer a Jerez, "que espero que se convierta en casi una norma cada año. En ello estamos".

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