Mario Conde. Ex presidente de Banesto, empresario y escritor

"La conspiración no fue debida a lo que hice mal, sino a todo lo contrario"

  • Mario Conde presenta esta tarde en Sanlúcar 'Los días de gloria', donde narra las causas que le empujaron a la fatídica caída desde la cima del poder, en lo que considera su "deber moral" de contribuir a la verdad

Al frente del grupo financiero e industrial Banesto, Mario Conde alcanzó la cima y se arrimó a los entresijos del poder. También exploró en su interior, aprendió a conocerse a sí mismo y hasta dónde alcanzaron sus límites. Ahora narra la experiencia de una caída en picado que lo llevó a la cárcel en el libro Los días de gloria, que esta tarde presenta en el salón don Benigno de Bodegas Barbadillo de Sanlúcar. Será a las 20.00 horas.

-Ha escrito mucho desde que entró en prisión. Lo último ha sido Memorias de un preso y ahora Los días de gloria... ¿se está usted justificando o haciendo justicia?

-No tengo necesidad alguna de justificarme; en todo caso lo tendrán quienes decidieron hacer lo que hicieron. No soy el encargado de administrar justicia, eso no me corresponde. Solo relato los hechos que sucedieron. Muchos han publicado lo que han querido aunque no lo vivieron. Yo relato lo que viví sin más pretensión que los que quieran saber cómo funciona el sistema tengan esa referencia directa.

-¿Cuáles son los capítulos de abuso del poder del Estado que intenta desenmascarar en su nuevo libro?

-Yo no hablo del Estado sino del sistema, que se apodera del poder del Estado en sus distintas vertientes. El sistema engloba al poder financiero, poder político y poder mediático. Es un secreto a voces que la separación de poderes en el Estado es hoy mucho más nominal que real. Se trata de conocer cómo son y cómo funcionan de verdad las cosas. Y que lo vean con ejemplos concretos relatados en mi libro.

-Habla de conspiración en muchos frentes, pero, ¿es capaz de reconocer que algo hizo mal?

-Es imposible dirigir un grupo financiero e industrial de la envergadura de Banesto, mas del 1 por 100 del PIB, y no hacer algo mal, tanto profesional como humanamente. Pero la conspiración no fue debida a lo que hice mal sino al contrario: a lo que hice bien, es decir, a describir cómo funcionan de verdad las cosas en nuestro país y no entrar en su juego. Eso no les gustó.

-El Ministerio Fiscal interpuso una querella criminal contra el Consejo de Administración de Banesto cuando usted estaba al frente. ¿Qué ocurrió?

-No fue contra todo el Consejo, sino contra algunos consejeros, precisamente los que permanecieron fieles a la casa y a la verdad. Otros se libraron... ¿Que ocurrió?. Pues que el Gobierno dio la orden. Supongo que a estas alturas ya sabemos todos que el Fiscal obedece al Gobierno. Hay prueba sobradas casi a diario. Y no es difícil imaginar con qué finalidad.

-También habla de un pacto urdido entre Felipe González y José María Aznar para intervenir Banesto y provocar su salida de la presidencia. ¿Cómo lo argumenta y demuestra?

-Creo que lo mejor para ello es leer el libro y ver lo que digo, cómo lo digo, y cómo lo argumento.

-¿Con quién simpatizaba más?

-Inicialmente con González. Posteriormente me defraudó. Y me dolió mucho comprobarlo porque estoy seguro que fui sincero con él.

-¿Cómo era su relación con el padre del Rey y qué pasó?

-Tuve el honor de convivir con Don Juan de Borbón, de admirarle y, si nadie se molesta por ello, diré que sentí un inmenso cariño por él. Murió el 1 de Abril de 1993. Un día de dolor.

-Cuenta en su libro que cuando Aznar estuvo en la oposición dijo: "En unos días nos cargamos a Mario Conde".

-Lo cuento porque me lo dijo alguien que estaba presente y lo oyó. En el libro ofrezco todos los detalles de lugar, cena, asistentes y hasta casi el menú. Nadie ha desmentido nada.

-Su nombre estuvo en el candelero político antes de que saltara el caso Banesto. ¿Cree que ya ha perdido el pulso a la política o todavía tiene algún interés?

-Otros pusieron mi nombre en el candelero político. Yo estaba comprometido con el banco y el grupo industrial. Pero no por eso quería vivir al margen de los problemas de mi país. Lo que ocurre es que a los políticos no les gustan las voces que vienen de la sociedad civil. Se han convertido en un grupo oligárquico y cerrado y de ahí la mala imagen que tienen en la actualidad.

-¿Cree que el juego político entre Gobierno y oposición era más limpio antes que ahora?

-No creo. Al menos en mi experiencia no. Ahora es quizás más evidente que lo que cuenta es tener el poder o retenerlo. Lo demás, importa menos. Hay proyectos de poder, más que proyectos de país.

-¿Qué cree que puede decir al ciudadano de a pie frente a estos tiempos de crisis?

-La crisis es cosa de todos. No es algo que nazca en 2008. Viene de atrás. Todos con nuestra conducta hemos contribuido a ella y los políticos creo que la han gestionado mal. Mientras nosotros no cambiemos nuestro modo de pensar, nuestra arquitectura de valores, seguiremos viviendo en crisis, aunque a veces nos vendan y nos creamos que vivimos en bonanza.

-¿Cree que su caso ayudó a empañar la imagen del banquero en España?

-No. Lo que ha dañado la imagen del banquero es lo que nos toca vivir hoy. Hasta los jueces ya dicen en sus sentencias que los banqueros son responsables de la crisis, y en gran medida tienen razón. Ahora es cuando la gente se ha dado cuenta de muchas cosas. Y no solo en España. Ahora es cuando la imagen de los banqueros se encuentra realmente dañada entre la opinión. Y también los que les defendían a cambio de cosas.

-¿Que ha aprendido del descenso de la cima del poder a la nada?

-Pues que en lo que usted llama nada hay gente que merece la pena y en lo que llama poder hay de lo contrario. Y que en ningún momento se está totalmente seguro en este país si decides poner de manifiesto cómo funciona el sistema. A la vista está que es peligroso.

-¿Continúa teniendo contacto con algún amigo que conoció en la cárcel?

-Sí, de vez en cuando, con alguno que estuvo preso y con algunos funcionarios por quienes siento afecto porque me demostraron ser gente sensible y profesionalmente muy válida.

-Sinceramente y con todo lo que ha vivido, ¿cree que ha merecido la pena alcanzar la cima?

-Sí, claro que sí. Alcanzando la cima se conoce cómo funciona el poder y eso es una experiencia. Muchos hablan de oídas; yo de mi experiencia. Además he sufrido el poder y eso me ha enseñado a conocerme a mí mismo, hasta dónde llego. Así que conocer el poder y conocerme a mí mismo es algo que merece la pena, y mucho.

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