Crítica de Cine

El demonio probablemente

Como en Vacas, Las brujas de Zugarramurdi o Handia, Errementari se ancla en la historia (las guerras carlistas) y el folclore (los cuentos y relatos orales) vascos como sustratos identitarios para materializar un gusto añejo y artesanal por el cine de género y sus formas más cándidas y explícitas. Avalado por Álex de la Iglesia, el primer largo de Paul Urkijo acude a un cuento popular de 1903 para desplegar una poderosa atmósfera de sugestión, bruma, fuego y olor a azufre a propósito del herrero ermitaño que tiene atemorizada a la población local y sobre el que pesa una leyenda negra de secuestros infantiles, crímenes y pactos con el diablo.

Y es el diablo, precisamente, el que entra en escena sin coartadas metafóricas ni efectos digitales para apoderarse de la imaginería del filme en sus dos segundos tercios, un auténtico tour de force para sensibilidades curtidas en la serie B y el fantástico sin red de seguridad tecnológica que Urkijo resuelve entre escenas del averno más dantesco, haciendo del posibilismo uno de los elementos fuertes de su propuesta. Absolutamente a contracorriente de tendencias, hablada en un extinto dialecto del euskera alavés, Errementari se entrega a tumba abierta a su propuesta analógica y a su imaginario ancestral de demonios con cuernos y rabo en pulso contra la candidez de los humanos pecadores.

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