Casi se nos olvida el revuelo que provoca el lanzamiento de un nuevo disco de un artista internacional cuando se habla con Juanes. El artista colombiano, que estos días presenta en España su sexto álbum de estudio con Universal, parece desprender un halo de paz, de tranquilidad, reflejo, como este Loco de amor, del "buen momento" personal que vive el músico. Cercano, cariñoso y "con los pies siempre en la tierra", asegura, se enfrenta a la promoción de su nuevo trabajo, Loco de amor, y "loco por empezar con los directos" que llegarán a España "después del Mundial, bien a finales de este año o principios del que viene".

-¿Satisfecho con el resultado?

-Sí, la verdad es que es más de lo que esperaba. De hecho, siento que es el mejor disco de mi carrera.

-Cuando presentó el 'desenchufado' de MTV habló del final de un ciclo. ¿'Loco de amor' es el comienzo de otra etapa?

-Absolutamente. Este disco representa una nueva etapa, una nueva era para mí, que comienza con este disco. Una etapa, sobre todo, de libertad, de ir caminando sin planear... No tengo nada pensando pero sí siento que después de diez años me enfrento a una nueva etapa de consolidación, de tocar mucho y de experimentar cosas con la música que antes no había hecho.

-Llama la atención el sonido del disco, con las acústicas y el triple, sin eléctricas, ¿qué buscaba?

-Probablemente hubo un momento que no sabía exactamente por donde iba a ir el sonido, de hecho, hasta pensé que sería la eléctrica la que marcaría el álbum. Pero un día el productor me sugirió que probáramos con la guitarra acústica y la verdad es que me gustó muchísimo. Luego le sumamos el tiple y le terminó dando un sonido muy fresco a las canciones y fue como la vuelta a mis sonidos. El tiple, que toca Fernando Tobón, es un instrumento precioso que se utiliza en la música popular del interior, sólo tiene cuatro cuerdas de la guitarra pero cada una tiene tres cuerdas dando así un sonido muy lleno, es, en sí, una orquesta.

-Además, en este disco sigue investigando en el folclor. Hay aires de cumbia, de vallenato...

-¡Y una champeta! Es un género musical del Atlántico colombiano que se ubica en la zona de Cartagena, de Barranquillas, y que llegó a través de África y se instaló allí en los 60-70. Primero se conoció, como baile, con el nombre de terapia,y después, ya como género musical local, que se conoce hoy día como champeta.

-... Y sin renunciar al rock y al pop.

-Claro, es que mi alma tiene parte de eso. Me gustan demasiado ambas cosas, el rock y la música popular, para renunciar a alguna. El rock me da la libertad de hacer la música que me gusta, como yo quiero y sin miedo. Y la música popular es mi esencia, vive en mí.

-Antes nombraba a su productor, ¿cómo ha sido el trabajo con Steve Lillywhite?

-Muy interesante y positivo porque Steve no tenía ningún prejuicio con mi música, no conocía nada de Juanes, así que todo fue muy natural y muy humano. También tuvo el gesto de ir a Colombia a dos conciertos de Juanes en Medellín para entender un poco más mi música y ver cómo se proyectaba todo en el escenario. A partir de ahí comenzamos a trabajar durante un año en las canciones, organizando las cosas... Hemos tenido un buen entendimiento.

-Después de cuatro años, ¿cómo fue meterse en el estudio?

-Es que yo viviría en un estudio. Me encanta ese lugar, a pesar de lo que pueda tener de tortuoso, porque la creatividad está a flor de piel, es un lugar donde las canciones están naciendo, es como una sala de partos (ríe) es una sensación rara, de amores, de dolores, de luz y de alegría.

-¿Es 'Loco de amor' un disco luminoso?

-Sí, por favor, claro que sí. Este álbum para mí es el reflejo de un buen estado de mi vida, ahora estoy muy contento y eso lo representa este disco.

-Usted que siempre abogó por el diálogo, ¿cómo valora los pasos que se están dando en el proceso de paz en Colombia?

-Son pasos difíciles pero tengo esperanza en estos diálogos . Colombia se va a enfrentar a un proceso muy duro de reconciliación y de perdón pero eso no significa la paz de Colombia, solamente significa la paz con ese grupo alzado en armas. Pero es un paso grande y este mensaje de diálogo es importante para las nuevas generaciones.