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Raphael. Cantante

"El escenario es el hábitat perfecto para mí"

  • El intérprete llega este jueves al Falla de Cádiz para seguir su periplo por Andalucía con diferentes citas que lo llevarán a Sevilla, Málaga y Granada

-A partir de este jueves lo tenemos por Andalucía, comienza en Cádiz pero estará por diferentes puntos de nuestra comunidad, ¿es siempre una parada especial Andalucía?

-Voy cinco días a Málaga, tres a Sevilla, acabo de estar por Córdoba, por Granada también estaré... Y ya luego me subo para arriba, Bilbao, San Sebastián... Y en Madrid estoy un mes... Pero Andalucía es Andalucía, para mí es vital. Bajando ya de Despeñaperros la cuestión es otra... Me entienden muy bien. Bueno y ahora que voy tres noches a Cádiz pues decirte que adoro ese teatro en el que estuve por última vez hace dos años. Te reconozco que cuando yo era un crío para mí era un sueño el Falla, me imponía muchísimo. Y, bueno, ya he ido muchas veces y uno se acostumbra al lugar pero a lo que nunca te acostumbras es a la gente tan maravillosa que tiene Cádiz, sois tremendos.

-¿Qué es Andalucía para Raphael?

-Hombre yo soy andaluz y aunque no haya vivido de pequeño allí, porque me sacaron de chiquito, siempre he sido muy andaluz para mis cosas y para mi vida diaria. Soy muy andaluz y me encanta serlo. Y eso de que no somos serios... El andaluz que nace serio es más serio que ná... Mi padre, por ejemplo... Era un Séneca.

-¿Cómo está yendo la gira?

-Pues empecé en febrero en Latinoamérica y terminaré el junio próximo. Y los conciertos, por todos lados, están siendo una maravilla, tanto por México, como por Estados Unidos, después en España, tremendos... Y ahora con los de mi tierra me voy a sentir muy contento.

-Cuando uno se plantea un disco como el que tiene ahora entre las manos, con quince temas seleccionados entre más de 1.000, ¿cómo es el proceso?

-El proceso de selección es igual que una partida de ajedrez, es como cuando hago el orden de canciones para un espectáculo, que es importantísimo, y no te creas tú que todos los artistas saben hacer un orden, qué tiene que ir detrás de qué, qué antes, qué no puede ir antes que tal... Eso es muy complicado y a mí se me da muy bien, yo diría que es lo que mejor se me da. Y con el disco pues igual, es como una partida de ajedrez, pongo un título de una canción aquí, pues no, luego allí, pues tampoco, y así voy. Y hasta que sale eso tardo días y días hasta dar con la tecla.

-¿Y cuál es el criterio de selección? ¿Sentimental, por la acogida del público, otros criterios profesionales...?

-De todo... Por la época también, de jugar con los sentimientos, de mover la fibra de la gente... Es complicado. Pero ya digo, se me da bien.

-¿No es un riesgo dar una vuelta de tuerca a canciones tan conocidas, tan apegadas al público, como las que tenemos en este disco?

-Es muy arriesgado si se está mal, pero sólo encuentro virtudes y cosas buenas a hacerlo si se está bien y, afortunadamente, mi voz sigue ahí, intacta, entonces, puedo hacer todas esas cosas. Ahora, si yo fuera una persona a la que la voz le fallara pues no podría resistir las comparaciones. De hecho, creo que hay canciones que están mejoradas el Qué sabe nadie, por ejemplo, ahora tiene una fuerza que no tenía antes, entre otras cosas, por la edad que yo tenía entonces, yo sabía mucho menos de la vida y de las cosas para decir ciertas palabras... Hay cosas aquí muy mejoradas de Provocación. Haz este ejercicio, ponte la antigua y después ponte la nueva... Vas a ver lo que te digo.

-La imagen del disco es maravillosa pero me suena...

-Porque esa imagen es copia de otra foto mía del disco de Aleluya porque he tratado de buscar ese punto de sugerencia del pasado. Quería que las fotos, claro, estuvieran hechas ahora, con mi físico actual pero que se notara como que pertenecen también a otra época.

-Y si ahora pone una fotografía junto a otra, ¿qué se dirían?, ¿un, "oye Raphael, bien por ti que tomaste el camino que querías tomar" o un "ten cuidado y coge por aquí o coge por allá"?

-Creo que un Raphael a otro le diría, "Raphael, te has portado".

-Usted no es autor de canciones, es un intérprete muy especial, ¿cómo surge esa conexión con los temas que canta?

-Surge porque me las creo. Son historias que cuento y me las tengo que creer antes yo para que la gente se las crea. En realidad yo soy un actor pero que, como tiene voz, pues canta pero estoy contando historias. Lo que no me saldría cantar es un "oh yeah, yeah, yeah", no me saldría nada porque no hay historia.

-¿Y hay alguna historia más especial que otra?

-Sí claro. Y las que más me gustan son las que tienen muchas lecturas y me gustan tanto porque puedo jugar con mil cosas; las que tienen acción... Mira los otros días descubrí que en una silla que tenía ruedas, diciendo yo eso de "no puedo arrancarte de mí", me fui para atrás con la silla rodando y la gente se quedó con la boca abierta y ahí conectas, porque le pega, porque la gente aprecia eso y se sorprende... Son un mundo las canciones... Cada día se les puede sacar más partido.

-¿Qué tiene el escenario?

-El escenario es el hábitat perfecto para mí. Me siento muy tranquilo sobre él, muy en casa, muy en zapatillas. Y me apasiona, siento pasión por él... Sobre todo por el escenario de un teatro. Los sitios al aire libre y los estadios pueden tener su chiste, porque caben miles de personas, ahora la seriedad de un teatro, el olor de teatro, la enjundia de un teatro, y pensar mientras estás arriba, aquí estuvo tal, esto lo pisó tal... Eso es maravilloso.

-Entonces, ¿mejor el teatro que el estudio de grabación?

-Ay los estudios de grabación son muy aburridos. Yo los veo aburridos aunque hay gente que les entusiasma. A mí me aburren. Claro, yo voy y como meto la voz a la primera pues ya está pero los que tienen que estar ahí repitiendo y otra vez y otra vez... Qué aburrido.

-¿Y cómo ha sido la experiencia en el estudio para este disco?

-Con la Sinfónica de la RTVE grabé en el Teatro Monumental, que es donde la orquesta ensaya, y se llevaron esas piezas a un estudio, me las pusieron y las canté de una vez. Y así es como me gusta grabar, como se grababa antes, con la orquesta delante. Ahora es que te lo dan todo a cuentagotas, te dan por aquí una trompeta, luego viene uno y toca no se qué y luego lo juntan... No sé, yo no le veo la magia a eso. Hay gente que sí, a mi hijo Manuel le apasiona todo eso, y luego ir montando los trozos... A mí no, qué aburrimiento.

-Hace un momento, en el encuentro con los medios hablaba de un nuevo disco con nuevos autores, ¿puede adelantar algunos de los nombres?

-Sí, el disco está en marcha ya. A ver puedo decir que Bunbury está entre ellos y ya me ha escrito cosas, Vega también está que me ha hecho una canción maravillosa... Y hay muchos, estupendos, pero aún no quiero dar todos los nombres... Como he dicho antes, la idea es descubrir un poco cómo me ven esos autores porque yo sé cómo me ven mis compositores de siempre, Manuel Alejandro, Perales, toda esa gente, pero estos jóvenes no sé cómo me ven. ¿Cómo me verá Alborán? Pues ahora lo sabré.

-¿Y ya se ha llevado alguna sorpresa?

-Pues sí, fíjate, con Vega, por ejemplo, porque no creía yo que me iba a hacer una canción como la que ha hecho, no la veía por ahí y me he llevado una sorpresa de cómo ha enfocado la canción. Es una canción muy original.

-¿Cómo lleva ser consciente de que es parte de la banda sonora de la vida de mucha gente?

-Es un sentimiento muy bonito porque pasas a pertenecer a la gente un poquito y sé que soy para ellos un artista cercano, por lo menos es la sensación que yo tengo. Y da responsabilidad, claro, pero me la tomo bien porque "señores, tampoco esperen que haga más de lo que hago, soy soy así y esto es lo que voy a hacer, no esperen más que no soy para tanto" (ríe).

-¿Siempre supo claro que era esto que tiene hoy lo que quería?

-No. No. Lo que pasa que los años me han ido enseñando el camino. No ha sido fácil, ¿eh? Porque hay decisiones que pueden torcer todo para otro lado, sin embargo, he sido lo bastante tranquilo para tomar decisiones. Yo he tenido muchas tentaciones de dinero y de cosas, de cambiar, pero no, yo me decía, por ahí no es. Creo que siempre he tomado el camino que tenía que tomar.

-Pues hay que tener la cabeza muy fría, ¿no?

-Más bien hay que ser tranquilo, yo creo que para todo es mejor tomarse las cosas con tranquilidad porque es muy fácil meter la pata.

-¿Y ese es el secreto para estar 54 años en activo?

-Mantenerse siempre es difícil pero no hay ningún secreto. Trabajar pero con coherencia porque a todo no se puede decir que sí. Si hay algún secreto sería medir mucho las cosas.

-¿Habrá más Raphael sinfónico?

-Sí, sí, por lo menos dos veces más, aparte de las cosas nuevas que vaya haciendo.

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