DiarioDelasartes

Los eternos postulados de la pintura

Los eternos postulados de la pintura

Los eternos postulados de la pintura / manuel aranda

Es de los pintores de Jerez que todos saben de su existencia, que todos conocen su obra, que todos son conscientes de su potencial, que hasta admiran su indiscutible realidad, aunque, también, hay quien, con la boca chica y con mucha dosis de cierta maledicencia, ponen en duda su valía; existe, incluso, alguno que hasta llega a cuestionar su existencia. Son las cosas esquivas de una profesión compleja y de gente, a su vez, también compleja. Sin embargo, la pintura de José Manuel Reyes está ahí, sigue su rumbo - el artístico y el comercial - y, de vez en cuando, se expone para gozo y disfrute de muchos. Y está con su intrínseco valor, con sus formas indiscutibles, con su acierto técnico y su personal ilustración de lo que lo real puede llegar a transmitir.

En la programación de la Sala ArteaDiario, desde los inicios - esta es la primera exposición de la decimosegunda temporada -, se ha querido transitar por los más diferentes modos de expresión. En este sentido los aficionados a lo artístico han tenido la oportunidad de acercarse a los más variados estilos de ese abanico de muchísimas varillas que compone la creación contemporánea. Por eso llevábamos varios años queriendo que la pintura de José Manuel Reyes ocupase los espacios de la calle Mora. Ella ofrece la posibilidad de poder asistir a una muy buena lección de pintura figurativa, de realismo en su más amplia definición del término artístico.

JOSÉ MANUEL REYESSala ARTEADIARIOJEREZ

La muestra nos conduce por varios de los aspectos que definen el trabajo del artista jerezano; incluso, podríamos decir que se trata de una exposición que contiene varias de las etapas pictóricas del autor. Por un lado nos encontramos con esa definición exacta de lo concreto, con la plasmación medida de lo real, con una especie de realidad fielmente pintada. Fíjense en los surcos amarillos que, a modo de sutilísimas venillas, recorren la piel de los melones en una de sus obras. El artista ha plasmado, con espectacular sentido plástico, las líneas definitorias de un modelo acertadamente desarrollado. Junto a ese primer momento, en el que se observa una especie de hiperrealismo fotográfico, José Manuel Reyes cambia sus posiciones más fieles al modelo por una mayor ejecución expresionista - contemplen la espléndida obra protagonizada por una granada, bellamente descrita destacando sobre un fondo de especialísima ambientación plástica -¸con ello el pintor da un paso adelante y envuelve la representación en una sutil atmósfera que lejos de diluir los contornos acentúa su conformación realista y potencia su entidad plástica. Varias piezas plantean esos perfiles envolventes, manifestándose espléndidamente en dos paisajes que, en cierta medida, adelantan unos postulados que podríamos llamar pseudoabstractos - entendiéndose esto como una pérdida de concreciones en favor de una ambientación que diluye las formas y potencian los espacios de la expresión -; planteamiento que se observa perfectamente en las estructuras formales sobre las que se levantan los propios elementos representados. Muy sugestivas son las piezas que suscriben esas entrañables botellas y etiquetas de nuestros caldos. En ellas el artista describe el asunto principal con certeza y lucidez visual pero dando mayor contundencia al elemento plástico mediante una nebulosa que envejece el conjunto y mediatiza el propio sentido de la realidad. Otro aspecto importante que se manifiesta en esa evolución de la pintura de José Manuel Reyes lo encontramos en la serie de las palomitas de papel. El artista ha planteado un simple modelo que, dentro, de sus escasos elementos compositivos, con los pliegues del papel muy bien definidos, los registros geométricos acertadamente dispuestos y un color poderoso, desarrolla un juego de gran poder visual y hace resaltar la propia pajarita sobre ese entramado atmosférico que envuelve toda la composición. Son piezas que dentro de su minimalismo formal expande toda una profunda dimensión pictórica.

Tremendamente importante por su fortaleza plástica, por su poder estructural, por el sabio empleo del color y por las exactitudes representativas es la gran pieza de las pinzas de ropa. Tan entrañable objeto cotidiano alcanza en los pinceles de José Manuel Reyes una poderosísima y magistral teoría cromática, con una medida argumentación sobre la intersección de las gamas que hace maximizar la composición y generar un poderoso desarrollo visual.

La exposición se completa con dos piezas que evidencian los planteamientos actuales de la pintura de este artista. Unos pececillos, de exultante colorido, navegan no en un determinante fondo acuático , sino en una estructura compositiva donde el elemento plástico, el sentido lineal de la disposición y el uso de unas tintas planas convierten las obras en una acertada yuxtaposición de elementos formales para generar en el modelo todo el máximo sentido pictórico.

Una nueva exposición de José Manuel Reyes nos vuelve a reencontrar con la obra de un pintor con carácter que , en cada comparecencia, asume su máxima potestad creativa. En la presente muestra nos hemos encontrado con una feliz interpretación de los distintos momentos por los que ha caminado su pintura. En todos ellos se observa una intensidad artística absoluta y un rigor pictórico fuera de toda duda. Una pintura clara y evidente, que te hace recuperar el amor por la obra realista y que ofrece los planteamientos eternos de una pintura sin tiempo ni edad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios