UNAS de las citas esperadas en el calendario de la concursística provincial es el premio que patrocina el empresario portuense Eduardo Ruiz-Golluri, con la colaboración de la Academia Santa Cecilia de El Puerto. Eduardo Ruiz-Golluri es un apasionado amante del arte que lleva tiempo realizando una importante labor a favor de la creación y la difusión de lo artístico. Este certamen lo constata y posibilita no sólo lo que oferta el propio premio, sino que permite la exposición de las obras en la ciudad y en la significativa y conocida La Carbonería, ese espacio tan trascendente para la cultura en la capital hispalense y que, con tanto criterio, dirige Pisco Lira.

Hay que comenzar diciendo que con lo que está cayendo en la economía mundial y con la cultura pagando el pato de tanta desazón - la política considera que en tiempos de desconfianza financiera y de sequía monetaria, lo cultural al no ser una necesidad inmediata, debe esperar -la apuesta por este tipo de certámenes se ha visto apreciablemente reducida-. Por eso, un premio como el que nos ocupa sirve para encauzar mucho del trabajo de nuestros artistas que han visto cómo los programas expositivos han desaparecido de la escena cotidiana.

El certamen portuense, que parte de un sentido muy definido como es el tema dedicado a las flores en primavera, adolece, sin embargo, de una estructura mucho más coherente que la que actualmente presenta. Es fundamental una exhaustiva selección; que las obras importantes -que las hay y de mucho carácter plástico- tengan un mayor protagonismo y no sucumban entre las medianías aplastantes y acusadoras que dominan. Al mismo tiempo, es exigible un espacio expositivo adecuado, una sala importante -El Puerto las tiene, algunas infrautilizadas- que se llene del esplendor artístico de las piezas presentadas. El bello patio del Instituto y los muchos elementos que en él aparecen contaminan la contemplación y la adecuada visualización. A pesar de esto, poco para tanto como envuelve el premio, nos hemos encontrado un certamen con una serie de obras de manifiesta calidad, todas las finalistas y algunas que pasan desapercibidas en el marasmo expositivo.

En cuanto a las obras que conforman el palmarés ganador, mencionar que claramente responden a las buenas propuestas pictóricas de sus autores, exponentes de una pintura figurativa muy bien concebida y muy bien puestas en escena. Las menciones honoríficas del jurado pertenecen a Pepe Palacios -'Jardines y alrededores de El Paular'- y a Francisco Escalera González -'El jardín secreto'-, dos paisajes llenos de intensidad expresiva, contención cromática y buena estructura compositiva. La obra premiada con este VI Certamen de Pintura, Premio Eduardo Ruiz-Golluri, responde al título 'Las luces invaden lentamente el estanque' de Fermín García Villaescusa, una obra que nos transporta a ese dominio absoluto de la luces en su transitar sobre un paisaje acondicionado a la puntual incidencia cromática. Se trata de una obra poderosa, muy bien dispuesta en fondo y forma, puro estilo Villaescusa, un artista dominador y sabio transmisor del justo sentido de la luz y del color.

Un año más, el premio portuense llega con su entusiasta sentido de apostar por la pintura. ¡Bienvenidas actuaciones como ésta!