Cultura

Una forma de pobreza

Como se insinúa en el título, Flametti o el dandismo de los pobres es una obra sobre la estricta penuria, sobre la ceremoniosa escasez de los artistas de variedades. Unos artistas, los retratados en esta novela, de los que nacerá el Cabaret Voltaire, en febrero de 1916, y cuyo más célebre fruto será el Dadaísmo acaudillado por Tristan Tzara. Antes de que ocurra eso en Zúrich -la aparición de un movimiento vanguardista en los albores del XX-, Hugo Ball ha trabajado en dos compañías de varietés, junto a la poeta Emmy Hennings, la última de las cuales, Flamingo, es la que aquí se retrata bajo el nombre, apenas adulterado, de Flametti.

¿Por qué dandismo? Aparte la convención estética, encarnada por Barbey u Oscar Wilde, el dandismo es también, en palabras de Baudelaire, "una milicia". Y es este sentido militante y deliberado el que Hugo Ball aplica a los personajes, cercanos al lumpen, que componen este complejo friso, entre ridículo y circense, sumido en la desesperanza. Como señala González Viñas en sus páginas iniciales, Ball distingue con penetrante esquematismo entre el azar que rige la vida del aventurero (otro de los arquetipos del XIX-XX) y el destino agónico, voluntarista, que marca la vida del dandy. De ahí el sobrecogedor dandismo que abunda en estas páginas. Páginas, por otra parte, donde la farsa viene corregida por el drama, y donde ambos se diluyen en un potente halo de irrealidad, frenética y ambulatoria, cercana al sueño. Dicha irrealidad, urdida con los despojos de lo cotidiano, es la misma que caracterizará la obra de Kafka, Döblin y Leo Perutz. No obstante, la escritura dialogada, sintética, casi teatral, de Flametti, queda muy lejos del estilo tales autores. En última instancia, el Flametti de Ball viene a mostrar que la estrechez económica y la audacia artística se dan, con frecuencia, la mano. El Cabaret Voltaire, fundado por Ball en un Zurich abrumado por espías, desertores y bons vivants, fue obra de la urgencia monetaria, no de una serena divagación estética.

Hugo Ball. Trad. Fernando González Viñas. Berenice. Córdoba, 2013. 264 páginas. 18 euros

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