Lectores sin remedio por Ramón Clavijo y José López Romero

¿La isla de la polémica?

UNO de los temas más curiosos, pero no por ello menos interesantes, que han saltado a la actualidad cultural en estos últimos meses, ha sido sin duda el anuncio de Andrew Motion, afamado poeta inglés, de estar escribiendo la segunda parte de 'La isla del tesoro'. La verdad es que la noticia habrá hecho a algunos escandalizarse, pese a que haya pocas cosas ya a estas alturas que nos puedan llevar a ello. De materializarse el asunto, y nada parece que vaya a cambiar la decisión de Andrew Motion, se avecina una tormenta y no precisamente sobre la Hispaniola. En realidad no es la primera vez, ni será la última, que alguien, por razones diversas en una escala que va desde el oportunismo hasta la veneración por un libro, decide escribir una segunda parte de una historia admirada por los lectores, ignorando el dicho que todos conocemos sobre las segundas partes de las mismas, y tanto más aún si la continuación no es fruto de la pluma del autor que la inició. Muchos ejemplos de lo que decimos se nos vienen a la cabeza, pero lo que le da cierto morbo a este caso, no es sólo que 'La isla del tesoro' es uno de esos libros en los que sólo pensar en continuar la historia ideada por Stevenson, pueda parecer un sacrilegio (aunque vivamos una época donde los sacrilegios, en este caso literarios estén a la orden del día), sino que el 'aventurero' no sea esta vez un joven escritor ambicioso, deseoso de ser conocido a costa de lo que sea, sino un prestigioso nombre de las letras inglesas. Porque Andrew Motion, amigos, fue reconocido con el Poeta Laureado del Reino Unido (título honorífico que concede la Corona Británica), y actualmente da clases de escritura creativa en el prestigioso Royal Holloway. Lo que parece indudable es que en un recorrido literario largo y plagado de reconocimientos como es el suyo, este proyecto, que piensa materializar a través del sello Jonathan Cape de Random House, pudiera parecer un innecesario salto al vacío donde se puede ganar poco y, en cambio, perder mucho. La verdad es que las explicaciones de Motion eran perfectamente previsibles. ¿Por qué no escribir una continuación de la historia que Stevenson improvisó para su hijastro Samuel Lloyd Osbourne, si este dejó un final abierto a todo tipo de posibilidades? y ¿por qué no podría intentarlo alguien que, como es el caso de Andrew Motion, tiene todas las cualidades literarias para ello? En fin, la polémica está servida, y no son pocos los que ya opinan sobre este asunto que amenaza con no desaparecer de los cotilleos literarios, hasta la publicación de esa segunda parte que se anuncia para el año 2012, y que por cierto ya tiene título, que como no podría ser de otra manera es el de "Regreso a la isla del tesoro".

Ramón Clavijo Provencio

La ceremonia del masaje

Alan Bennett. Anagrama, 2003.

'La ceremonia del masaje' y 'Con lo puesto' son dos novelas de Alan Bennett publicadas en Anagrama y que son ejemplos del abuso que cometen algunas editoriales con los lectores. Novelas cortas, que se leen entre horas (como los tentempié) y que, sin embargo, tienen precio de restaurante, si seguimos con la comparación gastronómica. Además, aún no se han editado en la colección de Compactos, mucho más barata y de parecida calidad. A pesar de lo abusivo de su precio, son dos novelas dignas de tener en cuenta y que nos muestran el humor inglés en todo su esplendor. 'La ceremonia del masaje' nos presenta un funeral, a lo que tan aficionados últimamente son los ingleses, de ahí la serie de películas que se han realizado y ambientado en torno a los muertos. El fallecimiento de un masajista reúne en su funeral a parte de la alta sociedad londinense de ambos sexos que ha pasado por sus manos y por otros favores. El cura que oficia tampoco tiene desperdicio. J.L.R.

El villano en su rincón

Lope de Vega. Cátedra, 1987.

Revisar a los grandes clásicos al tiempo que es un deleite debería ser una obligación constitucional. Y como los hay para todos los gustos, aquí traemos una de las obras más representativas del teatro de Lope: 'El villano en su rincón', que tuvo su correspondiente versión para aquel tan llorado como añorado Estudio 1, con el gran Manuel Dicenta, en la figura de villano. Con una introducción demasiado prolija y redundante a cargo de Juan María Marín (una introducción no debe ser una tesis doctoral), Cátedra nos ofrece esta deliciosa comedia en la que se entremezclan lo social con lo político, lo personal con lo colectivo. El epitafio que ha hecho grabar Juan Labrador en el sepulcro que lo va a acoger cuando muera, en el que se enorgullece de no haber visto nunca ni la Corte ni al Rey, alienta la curiosidad de éste, lo que da lugar a un enfrentamiento, siempre muy cortesano, entre la vida de aldea y los problemas de la Corte. J.L.R.

Sauce ciego, mujer dormida

Haruki Murakami, Tusquets, 2009

Dicen que no fue muy bien acogida la adaptación de su aclamada novela 'Tokio Blues' en la última edición del festival de Venecia. Utilizando un término taurino (no sé si esto hoy día es políticamente correcto) hubo división de opiniones. De todas formas, lo que nadie discute es la fuerza, y sobre todo la enorme imaginación que destila la prosa de este autor japonés, y que tantos incondicionales lectores tiene por todo el mundo. A mí el Murakami que me atrapa es el los relatos cortos, y lo ha hecho una vez más con el que traemos a este rincón literario. Es cierto que en algunas de estas historias, su final nos deja perplejos, en otras la impresión en cambio es que el autor estuviera jugando, divirtiéndose a costa de los lectores pero, hay alguna cuya lectura compensa con creces algunos de los excesos anteriores. Murakami tiene el poder de no dejar que abandones la lectura de una de sus historias hasta su conclusión, por lo que el misterio está en que nunca sabremos qué emociones nos arrancará hasta ese final. R.C.P.

La pirámide

Henning Mankell. Tusquets, 2009.

'El hombre inquieto' es el libro que cierra la saga protagonizada por el inspector Wallander, un libro que por las críticas que he leído, tiene todo el interés que la entrañable figura de su protagonista demandaba. Un final crepuscular e inesperado que me resisto a leer aún, pues me es difícil asimilar que Wallander ya no nos hará participes de más aventuras en la helada Scania, mientras medita preocupado sobre el cambiante entorno que le rodea. Quizás por ello, preparándome para su lectura he distraído algo de mi ocio en las páginas de 'La Pirámide', un conjunto de relatos cortos donde Mankell nos presenta unas historias cronológicamente anteriores al primer libro de la saga ( Asesinos sin rostro'), y donde se van apuntando algunos rasgos del personaje que luego se harán consustanciales a su personalidad: problemas afectivos, sus miedos sobre todo a una soledad que cada vez se hace más presente, entre otros. Me pregunto si no será a Wallander al que echaremos de menos a partir de ahora, y no tanto sus andanzas en la comisaría de policía de la ciudad Ystad. R.C.P.

-"¡¡¿Usted otra vez?!!" - me recibe el cura tridentino que me cosió a penitencias el verano pasado. "¿Otra vez viene, contrito y confeso, a arrepentirse por haber leído un best-seller?". -"¿Cómo me ha reconocido?" -le respondo sorprendido. - "Porque lleva usted la marca de Stieg Larsson en la cara". "Pues sí. A eso vengo, a confesar que he caído de nuevo este verano y me he leído el segundo tomo de 'Millennium', de cuyo título ni quiero ni puedo acordarme. Pero a diferencia del primero, éste me ha parecido realmente malo, un verdadero bodrio, con una trama que no se la creen ni los suecos, penosamente hilvanada y no hablemos de otros aspectos. Es decir, un disparate narrativo. -"Pero usted a qué viene aquí? ¿a confesarse o a acusar?" Y supongo que no habrá dedicado todo el verano a leerse el bodrio que usted dice. A ver si con las otras lecturas podemos hacer algo por su alma" -me dijo el cura poco convencido de la propuesta. "Pues mire usted -le respondí más animado, pensando que con las otras lecturas al menos podría moverle a compasión, aliviar mi pena y, sobre todo, esperar que no se ensañara con el castigo- 'Dos crímenes' de Jorge Ibargüengoitia es de lo mejor que he leído; un autor al que cada vez se acerca más público y que de seguro a ninguno defrauda; ya leí el pasado verano 'Las muertas' y me parece un escritor magnífico. Como magnífica es la biografía de Stefan Zweig de Oliver Matuschek ('Las tres vidas de Stefan Zweig'), que complementa perfectamente la que escribió Zweig ('El mundo de ayer'); un autor, Zweig, de mesilla de noche. Dos novelas de Camilleri para hacer más soportable el calorcito de este verano, que no ha sido poco; en la línea siempre refrescante y divertida de las peripecias del inspector Montalbano. He revisado escritores como Buero Vallejo ('Las trampas del azar') y Juan Benet ('El aire de un crimen'); y me ha sorprendido el escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez y su 'Nuestro GG en La Habana', hasta el punto de que ya tengo preparada su 'Trilogía sucia de La Habana'. Alguna cosilla más he leído, pero no vienen al caso. El cura se acarició la barbilla con el índice y el pulgar y sentenció: - "Ya que se pone usted así, por este año se va a ir de rositas; pero como el año que viene venga con el tercer tomo de 'Millennium' yo ya no podría salvarlo: ¡al infierno!". J. L. R.

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