Cultura

Una mirada al Bécquer de los pueblos y las brujas

  • Un documental dirigido por la aragonesa Elena Cid reivindica la faceta narrativa del poeta

A Gustavo Adolfo Bécquer se le identifica principalmente con sus rimas y poesía, no así con su faceta como narrador epistolar, "bastante desconocida", a pesar del empeño que tuvo por conservar historias y tradiciones de los pueblos. Se incide pues en el Bécquer poeta, pero no en el de las Cartas desde mi celda, una obra formidable, publicada por entregas en 1864 en el periódico madrileño El Contemporáneo.

Fascinada con estos escritos, y consciente de que dan "mucho más de sí", la directora y guionista aragonesa Elena Cid ha rodado en Zaragoza, Sevilla y Madrid un documental titulado Bécquer y las brujas, basado en estas Cartas del autor sevillano (1836-1870) y con testimonios de expertos como el catedrático de la la Universidad de Sevilla Rogelio Reyes Cano y los profesores Jesús Rubio y Pilar Alcalá García, además de la historiadora María Tausiet.

En malas condiciones de salud, Bécquer se retiró en 1864 al Monasterio de Veruela, en Zaragoza, lejos del ruido de la ciudad, y se sumergió en el paisaje de la Sierra del Moncayo. Allí descubrió un mundo de tradiciones y brujería del que se hizo eco en muchos de los pasajes de las Cartas desde mi celda. El documental de Elena Cid, a caballo entre los documentales clásicos y la recreación ficcional, explora esta faceta del gran poeta romántico español.

El tráiler de la obra se presentará en el inminente Festival de Cine de Berlín, en el apartado dedicado a los cortometrajes. Porque en principio el documental presenta ese formato, aunque el equipo trabaja ya para ampliar la duración al menos hasta los 50 minutos.

En esta versión de Elena Cid, la historia trata de una joven poeta (encarnada por Alba García) que, tras encontrar las Cartas desde mi celda, decide seguir los pasos del sevillano y descubrir las mágicas historias que siguen ocultas. Los escenarios son el Monasterio de Veruela, Tarazona, Trasmoz y el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, aparte de diversos lugares de Sevilla y Madrid, por ejemplo la calle Claudio Coello, donde falleció el escritor.

Aunque tras su nacimiento y formación en Sevilla Becquer vivió en Madrid y gran parte de su vida transcurrió en ambientes urbanos, siempre le llamaron la atención los pueblos y sus viejas historias de aliento mítico y circular. "Sorprende que muchas de sus reflexiones en las Cartas enlazan completamente con el mundo de hoy", dice la directora de Bécquer y las brujas, una obra que, como las propias Cartas, tiene un poso de misterio. Así ocurre por ejemplo en el caso del asesinato de la Tía Casca, una conocida anciana de Trasmoz que murió despeñada tras ser acusada de brujería, y cuya historia llegó a oídos del poeta gracias al relato de un pastor de la zona.

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