Che. Durante décadas fue símbolo de la rebeldía juvenil, de la lucha por los ideales y por la justicia, pero el tiempo (puede que también la incultura general que lleva al descreimiento y que convierte palabras como ideal, honor o justicia en meros reclamos publicitarios) le han convertido en poco más que un icono con el que decorar gorras y camisetas.

La conjura de El Escorial. En los cuatro siglos que han pasado se ha escrito mucha literatura sobre el tema, pero Antonio del Real ha preferido dejarla de lado y centrarse en las fuentes históricas de un relato tan sórdido que uno preferiría que fuese ficción y no un capítulo real de la Historia de España.

Viaje al centro de la Tierra. El experto en efectos visuales Eric Brevig debuta en la realización con esta historia que, no hace falta decirlo, parte de un clásico de Julio Verne, por mucho que de su obra quede poco más aparte del argumento inicial.

La isla de Nim. Esta cinta dirigida por el matrimonio Mark Levin y Jennifer Flackett parte también de las páginas de un libro (obra de Wendy Orr). Jodie Foster, Gerald Butler y Abigail Breslin (la niña de Pequeña Miss Sunshine) encabezan el cartel de esta cinta en la que Breslin es Nim, una niña que vive junto a su padre (Butler) en una recóndita isla convertida en su imaginación en el paraíso tropical de las novelas de aventuras protagonizadas por su héroe favorito. Pero cuando su padre está en peligro decide pedir ayuda al creador del personaje, que es en realidad una mujer asustada (Foster) incapaz de relacionarse con los demás.

El tren de las 3:10. Otra adaptación literaria, también llevada antes al cine (dirigida por Delmer Daves en los años 50), pero en esta ocasión ambientada en los áridos y fríos espacios que desde el inicio del cine han servido de marco al western. James Mangold (Copland, Identidad) dirige esta nueva versión del relato de Elmore Leonard en la que Russell Crowe interpreta a un peligroso forajido y Christian Bale a un honrado ranchero padre de familia que lo ha perdido todo y que cree que la mejor forma de cambiar su mala suerte es capturar al malhechor y llevarlo hasta la Justicia.