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Los mutables espacios de la naturaleza

Los mutables espacios de la naturaleza

Los mutables espacios de la naturaleza

Siempre me ha parecido que Mari Ángeles Díaz Barbado es la artista que más desapercibida ha pasado dentro del conjunto de artista de su generación, esa gran manifestación de creadores que componen uno de los momentos más dulces que han existido alrededor de la Granada artística; siendo, sin lugar a dudas, una de las autoras con un perfil artístico más preclaro, abierto y trascendente de cuantos componen ese especialísimo catálogo de grandes artistas. Aunque su potencial se encuentra en los mismos parámetros que el de sus compañeros, su personalidad, quizás la haya llevado a una posición más recatada dentro de esa exuberante manifestación artística que le ha tocado vivir. Nosotros que la hemos visto empezar a caminar y que hemos observado las excelencias de su trabajo estamos convencidos de ello y sentimos la solvencia de una carrera que plantea sabios argumentos creativos.

La Universidad de Granada convoca una serie de ayudas a la Producción Artística para autores que se encuentran inmersos en lo que podría considerarse su media carrera. La impactante obra de M. Ángeles Díaz Barbado ha sido la merecedora de una de estas ayudas, lo que ha tenido como ejemplarizante desenlace esta exposición, organizada y producida por el Área de Artes Visuales de la Madraza.

M. ÁNGELES DÍAZ BARBADOPalacio de la MadrazaGRANADA

Dos líneas de actuación han llevado a la artista granadina a plantear un desarrollo plástico con la fotografía y el dibujo como elementos conformadores de una realidad que se adentra en la observación de la naturaleza y en la captación de cuantos aspectos intervienen en su manifestación, el crecimiento, la esplendidez, la decadencia y la inexorable muerte y transformación.

La exposición de la Madraza nos conduce por los registros espectaculares de una fotografía que capta una naturaleza esplendorosa, exuberante, en pleno inquietante proceso; una naturaleza absolutamente virgen que deja entrever su infinito patrimonio en el que se adivina su otra categoría, una fauna que se presiente y de la que sólo se argumenta mediante el felicísimo testimonio de unas bellas mariposas taxidermizadas, como guiño cómplice a una realidad cambiante y llena de misterios. La captación de la naturaleza que realiza Díaz Barbado no es un simple juego de aprehensión elemental en un bello espacio identificativo; es algo más, la relación eterna de lo bello inmediato y su desenlace ficticio en forma de manifestación artística; es, asimismo, una metáfora de la existencia, de sus registros procesuales, de los cambios que experimenta; en definitiva, de una realidad efímera, mutable y transformativa. Es la determinante realidad de una bella existencia abocada, sin remedio, a su definitivo destino.

Junto a la contundencia formal de la fotografía, Mari Ángeles Díaz Barbado nos presenta, en la sala pequeña de la antigua Madraza, un conjunto de espléndidos dibujos, marcados con la elegancia plástica de una técnica que no tiene ni tiempo ni edad. Una galería de insectos, sutilmente representados con una línea dibujística exquisita en tonos plata sobre lino negro. Una recreación que nos retrotrae a la historia del arte, a aquellos grabados donde la realidad se ofrece sutilmente expuesta, con la brillantez de una oferta artística sin fronteras.

La exposición de M. Ángeles Díaz Barbado nos introduce en dos disciplinas artísticas que se complementan, que abren sus espacios estancos y permiten abarcar horizontes diáfanos pero imprevistos. Dos espacios representativos que argumentan la realidad incontestable de una vida mutable, de una naturaleza finita, de un horizonte que compendia lo visible y lo invisible, lo mediato y lo inmediato, lo que la vista alcanza y lo que la mente adivina, la vida y la muerte...; en definitiva, la existencia implacable de una naturaleza en pleno proceso.

Esta exposición me vuelve a plantear la suprema realidad de una artista convincente, poseedora de una clarividencia creativa absoluta; artista importante que nunca nos ha dejado indiferente. M. Ángeles Díaz Barbado es una artista que potencia la realidad de ese grupo maravilloso del que forma parte. Una artista diferente, que aporta un apunte especialísimo a la clarividente entidad del arte que actualmente tiene lugar. En su obra multidisciplinar encontramos los argumentos de un arte definitivo que aúna los espacios creativos y abre las perspectivas de una creación abierta, llena de fortaleza en el fondo y en la forma.

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