Cultura

Una noche sin fronteras

  • Omar Faruk y Arto Tuncboyaciyan completaron el jueves una segunda jornada magnífica dentro del ciclo 'Noches de Bohemia' en los jardines de La Atalaya

Ficha: Omar Faruk, Arto Tuncboyaciyan y banda. Espectáculo: Noche mediterránea. Lugar: Jardines de la Atalaya. 22:30 horas. Aforo: más de tres cuartos de entrada.

Este año, la obras del Alcázar han obligado a la Delegación de Cultura y Fiestas a trasladar la cita musical estival más importante en Jerez (con permiso de la Fiesta de la bulería, claro) a los Jardines de la Atalaya. Es evidente que el emplazamiento es hermoso, aunque está claro que no tiene nada que ver con el incomparable marco de la Alameda Vieja.

Hecha esta salvedad y obviando el feo detalle de algunos porteros que se creen con sus poses que están a las puertas de una discoteca el sábado por la noche, debemos entrar en materia.

Que la música es, tal vez, el elemento cultural que más fácilmente rompe la fronteras. Y si esa música, procedente en este caso de Turquía, llena prácticamente el aforo de los Jardines, es un claro ejemplo de lo que decimos. El público disfrutó y mucho con un concierto que comenzó puntualmente a las diez y media de la noche, y finalizó cuando el reloj casi marcaba la una de la madrugada del viernes.

Omar Faruk y el fabuloso percusionista de origen armenio, Arto Tuncboyaciyan, nos deleitaron con una música diferente, pero que por mor de esa virtud que tiene, logró acercar un estilo que encandiló a los que conocían este estilo, y maravilló a los que nunca habían tenido oportunidad de escuchar los sones de la flauta o el blaglama.

Una de las características de la música escuchada el jueves fue la larga duración de los temas, donde cada músico pudo lucirse y sacar el matiz apropiado al instrumento o instrumentos que tocaban.

Sin duda alguna la noche estuvo repleta de momentos brillantes, así que es complicado subrayar alguno en particular. Los dos músicos demostraron una compenetración magnífica y explicaron el porqué con la música no existen barreras.

La semana que viene Misia nos hará llegar la música del país vecino con su fados en una noche que se promete quizá tan intensa como la que ya protagonizó Marizza el año pasado en la que fue unas de las mejores actuaciones del ciclo. El precio, como ya es sabido, es de veinte euros.

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