Luis García Montero. poeta

"Lo primero que tengo que hacer es hablar y conocer por dentro la institución"

  • El granadino, nuevo director del Instituto Cervantes, asegura que trabajará con el "convencimiento de que el español es una de las grandes riquezas culturales del mundo"

Luis García Montero reconocía ayer por la mañana estar desbordado, "completamente loco", desde que se había hecho público su nombramiento al frente del Cervantes, aunque el autor de Habitaciones separadas ya había tenido un poco de tiempo para asimilar el cargo.

-¿Cuándo se enteró usted de su designación para el Cervantes?

Es más difícil en un tiempo así escribir una novela o un ensayo pero la poesía siempre se seguirá colando"Siempre digo, porque es verdad, que el mejor premio que puede tener un escritor son sus lectores"

-El presidente del Gobierno me llamó hace unos días para pedirme que me pensara el nombramiento. Lo consideré, le respondí que era un honor y ayer me confirmaron que pasaría al Consejo de Ministros. Hoy se ha oficializado y mañana [por hoy] se hará la firma.

-¿Ha tenido tiempo en estos días de hablar con su antecesor, con el poeta y crítico Juan Manuel Bonet?

-Claro, he tenido tiempo de hablar con Bonet y pedirle que nos veamos para solicitarle consejo y aprovecharme de su conocimiento de la institución.

-Bonet ha abierto sedes en Beirut y Manila y ha impulsado el tema de las exposiciones de arte y fotografía. ¿Ha previsto usted ya algo de su línea de actuación?

-No, nada aún. Lo primero que tengo que hacer es hablar con la gente del Cervantes y conocer por dentro la institución. Primero me interesa saber la opinión de gente como él o los directores de las sedes. A partir de ahí empezaré a trabajar con el convencimiento de que el español es una de las grandes riquezas culturales del mundo por el número de hablantes pero también por la calidad de la literatura española y latinoamericana. Y nos ofrece la posibilidad de abrirnos al mundo.

-Como catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, tiene mucha experiencia en ese sentido.

-Soy profesor de Filología desde el año 81 y publiqué mi primer libro en el 80, llevo casi 40 años dedicado a esto. Tengo experiencia en la riqueza y las posibilidades del español y las otras lenguas de España dentro de la cultura y de la literatura y quiero responsabilizarme de sacarle el máximo rendimiento a eso en estos momentos.

-Este nombramiento, en ese sentido, le obligará a pedirse una excedencia de esa faceta de docente en la UGR.

-Claro, lo primero que hice cuando decidí aceptar fue hablar con la rectora, con Pilar Aranda, y con el director del departamento en el que trabajo, Andrés Soria Olmedo. Estuve hablando con ellos porque en efecto tengo que dedicarme al Cervantes.

-¿Estará afincado en Madrid o el nuevo puesto le obligará a viajar constantemente por todo el mundo?

-Bueno, la sede está en Madrid pero como hay muchos institutos tendré que viajar por muchos países, ahora no ya como escritor sino como responsable del Cervantes. Pero también viajaré mucho a Granada, porque ahí tengo a mis padres y a cuatro de mis hermanos. Mis padres son mayorcitos y hay que cuidarlos entre todos y disfrutarlos, así que Granada seguirá siendo una presencia insustituible.

-La docencia tendrá que quedar aparcada pero, ¿la creación también?

-Por mi experiencia la poesía se cuela por todos sitios. De pronto un poema te aparece en una avión o en una habitación de hotel. Es más difícil plantearse, mientras te estás acostumbrando a una responsabilidad así, escribir una novela o un ensayo, pero la poesía se seguirá colando e iré anotando poemas para en tiempo de calma conformar otro libro. De todas maneras, estoy preparando ahora una edición de mi poesía completa para la editorial Austral. Ayer devolví las pruebas y el volumen tiene más de 1.000 páginas. Con lo cual, también tengo la tranquilidad del trabajo realizado y eso me permite tomarme las cosas con más calma.

-En estos días, hasta que se ha hecho público, ¿ha intercambiado ya algún consejo, alguna felicitación especial, alguna recomendación de su esposa, Almudena Grandes?

-He hablado con ella y con mis hijos y poco más, porque tampoco se puede uno poner a comentarlo hasta que no se hace público. Por una parte, por precaución por si al final no salía. Y, por otra, por la elegancia de que sea quien lo tenga que comunicar quien lo comunique. Lo que sí he hablado con mi mujer es la ilusión que supone un cargo que de alguna manera tiene que ver con el desarrollo de mi carrera como catedrático de la Universidad de Granada y la posibilidad de trabajar para difundir la cultura española.

-Desde ese punto de vista, el nombramiento puede considerarse el broche perfecto a su carrera.

-Siempre digo, porque es verdad, que el mejor premio que puede tener un escritor son sus lectores. El otro día, en una lectura de poemas en El Puerto de Santa María, me presentó una señora ciega que trabajaba en una asociación para la ayuda a enfermos mentales. Contó historias que tenían que ver con el uso de mis poemas. No miento si digo que la mayor ilusión de un escritor es todo eso. Y, como profesor, de verdad que el mejor premio es cuando consigues emocionar a algún alumno y lo atrapas en la lectura de los poetas clásicos. Esa es la guinda y eso es así cuando la profesión pasa de ser un simple empleo a una vocación.

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