Cultura

"Una de las tareas de la literatura es reconstruir lo que ha desaparecido"

  • Luis García Montero presenta en el Jardín de La Luna Nueva su tercera novela, 'Alguien dice tu nombre', "un homenaje a aquella juventud de los 60 que rompió con la indiferencia"

Envenenado por la narrativa desde que noveló la infancia de su amigo Ángel González con Mañana no será lo que Dios quiera, en 2009, Luis García Montero sigue su gira de presentaciones de su tercera novela, Alguien dice tu nombre (Alfaguara). Ayer lo hizo en Jerez, en el concurrido Jardín de La Luna Nueva, con la introducción de Mamen Ramírez. Es además este libro "una coartada literaria", en una fecha en que se cumplen 35 años desde la publicación de su primer libro de poemas, Y ahora ya eres dueño del Puente de Broklyn (1980), "y como es mucho tiempo dedicado a la poesía y tengo miedo de repetirme, ya que lo que yo podía aportar a la poesía española está cumplido en un 80 ó 90%, pues prefiero ir lentamente y eso me ayuda a dedicar el tiempo a otros géneros literarios como la narrativa, por eso en los últimos años me he dedicado a ella", cuenta el autor granadino. Sin embargo, asegura que tiene "muy avanzado" un libro de poesía que espera publicar el próximo año en el que ha estado trabajando el último lustro y que llevará por título La puerta cerrada. "Y por eso he ido lentamente, por no repetirme y para buscar matices nuevos en mi poesía. No he dejado de ser poeta ni creo que pueda dejarlo".

Alguien dice tu nombre transcurre en Granada, en el verano de 1963 y es una novela de iniciación, "de un joven que se inicia en el erotismo, el amor, el mundo laboral, el mundo político...". Un personaje que pertenece a una generación inmediatamente anterior a la del autor. "Son recuerdos que yo tengo de la ciudad y de un tiempo histórico como el de los años 60, pero visto por una persona mayor que yo porque me interesaba que el protagonista pudiese tomar conciencia de los cambios que se estaban produciendo", cuenta García Montero, que subraya que tiene la sensación de que en esa época "se produjeron los cambios que poco a poco desembocaron en la Transición. Son años en los que empiezan a cambiar las costumbres, de la España de posguerra más profunda, se sale del subdesarrollo, y poco a poco se va intuyendo un camino hacia la libertad. El protagonista, León Egea, vive en medio de estos cambios de iniciación en la vida".

Respecto a la emoción que Montero le aporta a sus recuerdos, recuerda que es además una de las tareas de la literatura. "La vida nos va haciendo, el tiempo pasa y las cosas desaparecen, pero se quedan dentro en la memoria. La vida no está hecha sólo de cosas que se pueden tocar. Así que una de esas tareas es reconstruir aquello que ha ido desapareciendo".

Un libro que es "una lucha contra la indiferencia", porque hay gente que piensa que en la universidad de los 60-70, "todo el mundo era antifranquista, y no es verdad. Lo que recuerda la gente que se comprometió es que había mucha parte de la población que cerraba los ojos o miraba a otro lado. Y eso lo que marca es una idea de indiferencia radical. Creo que ahora también vivimos una época de incertidumbre y de indiferencia porque las cosas están mal también y se prefiere mirar a otro lado. No hay la respuesta mayoritaria que cabía esperar". La novela, de hecho, es un homenaje a esa parte de la juventud que decide dar un paso hacia adelante y hacerse dueña de su propio destino, comprometerse, y que rompe con la indiferencia.

¿Es indiferencia o reacción lo que ha ocurrido en las Elecciones Europeas? "Creo que se han abierto horizontes significativos que tienen que ver con las relaciones de fuerza política. Ha habido descalabros en el PP y PSOE, con lo cual esa España de turnos de la Transición está en quiebra, lo que ha permitido que IU suba pero que a la vez se cree una ilusión nueva con el nombre de Podemos, con una idea de la política transformadora, aunque hay otras opciones políticas que llevan trabajando en el mismo sentido desde hace ya mucho tiempo. Creo que ha habido una reacción, pero todavía muy tímida. Lo que se ha vivido en España ha sido la privatización de la política, trabajar por unos intereses económicos, no por los ciudadanos", apunta.

García Montero, que suele invitar a la reflexión en sus libros, cree por ello que ser dueño de las propias ideas, "es muy importante y eso cuesta trabajo en un momento en que hay muchos medios que manipulan las conciencias de la gente. Hay muchas formas de populismo y se utiliza como medida indignada de reacción. Y yo creo que más que la indignación del populismo, lo que debe hacer el ciudadano es un ejercicio de conciencia y tomarle la medida a la realidad".

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