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Cultura

Un viaje que retrata la otra cara de Murillo

  • José Manuel Gómez Vidal dirige un documental sobre la obra del pintor. La producción, que se estrena el año que viene, mostrará la cara más moderna del artista.

Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) fue un pintor excepcional, reconocido en su época, rodeado de la nobleza sevillana, que no pasó penurias ni miserias. Su imagen, en ciertos ámbitos, apenas sobrepasa unas barreras ancladas en las características del barroco y las escenas religiosas que lo han definido históricamente como el pintor de Inmaculadas. Aunque esta visión estereotipada ya se superó en las esferas especializadas hace más de 30 años, hay un amplio espectro de la población que sigue considerando a Murillo como una figura "demasiado amable", cuando la realidad es que revolucionó la pintura sevillana y española con unas características muy modernas para su época. Este retrato es el que quiere mostrar el sevillano José Manuel Gómez Vidal, director y guionista del documental Murillo, el último viaje, que se estrenará el año que viene con motivo de la celebración del Año Murillo, que conmemora los 400 años del nacimiento del artista.

"Queremos con este proyecto que también los no especialistas entiendan de otra forma la figura de Murillo, un pintor muy moderno en su época, técnicamente prodigioso, que transmitió como pocos supieron hacerlo sentimientos y anhelos, y que revolucionó la pintura elevándola a cotas hasta entonces nunca alcanzadas", explica Gómez Vidal. Esta genialidad provocó que se rodeara de personalidades ilustres de la ciudad que se convirtieron en sus mecenas, como Miguel Mañara, fundador del Hospital de la Santa Caridad, o Justino de Neve, canónigo de la Catedral de Sevilla, quienes le encargaron trabajos como el programa iconográfico de Santa María la Blanca o el de la iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad.

A pesar de estar en la cumbre, Murillo "no perdía la ocasión, siempre que podía, de introducir en cualquier pintura alguna escena de la cotidianidad que lo rodeaba y que no era muy agradable. Sevilla en 1649 sufrió una devastación a causa de la peste que diezmó su población", explica el director del documental antes de añadir que el pintor transformó todo ese panorama para convertirlo, a través de su pintura, "en optimismo". "Esa necesidad de vivir a pesar de los tiempos tan malos que corrían... La superación de esa adversidad es uno de los logros de Murillo y la razón por la que conecta tan rápidamente con el pueblo".

En el documental han participado expertos de referencia como Enrique Valdivieso, Gabriele Finaldi, Benito Navarrete, Javier Portús o Guillaume Kientz. Sin embargo, pese a la cantidad de estudiosos que durante estos siglos se han acercado a la obra de Murillo, su vida privada sigue siendo casi un misterio. "Casi todo son conjeturas y arquetipos construidos en siglos posteriores a su obra, sobre todo en el XIX y en muchos casos infundados", afirma Gómez Vidal.

Precisamente en el segundo tercio del XIX las vanguardias europeas dieron la espalda a Murillo, que para entonces era unos de los artistas más reconocidos y cotizados en el extranjero, "incluso por encima de Velázquez". El director de Murillo, el último viaje afirma que, debido al cambio de mentalidad que experimentó Europa, los creadores más inquietos comenzaron a fijarse en otros pintores que, "si bien eran reconocidos, estaban en segunda fila con respecto a el, como Zurbarán o El Greco". "La emoción que transmitían las imágenes de Murillo y que sirivieron para que su pintura triunfase en la Sevilla de la segunda mitad del XVII dejó de valorarse frente a la potencia visual, la severidad y lo ascético de las imágenes de Zurbarán. Pero creemos que Murillo está considerado hoy justamente, entre los mejores pintores españoles de todos los tiempos", destaca Gómez Vidal.

El documental que realiza el director verá la luz el año que viene, aunque se trata de una producción más compleja de lo que parece. Primero porque se está rodando en diferentes localizaciones como el Museo de Bellas Artes de Sevilla, la parroquia de la Magdalena, Santa María la Blanca o el Hospital del Pozo Santo. También se rodarán escenas en el Museo del Louvre o en la National Gallery de Londres. El segundo motivo que dificulta la labor de producción es la dispersión de la obra de Murillo a causa del expolio. Hay otro: su alta cotización en el mercado hace que sus lienzos pasen de colección en colección con gran rapidez. "El documental es una oportunidad para explicar el saqueo que sufrió su obra, pero no es nuestra intención crear polémica al respecto porque esto no deja de ser algo habitual en la historia del arte".

Gómez Vidal y su equipo no obtuvieron el permiso para filmar en la iglesia del Hospital de la Caridad, donde están "los originales del pintor que allí se exhiben". Pero, omitiendo los contratiempos, el director cree que el documental será el perfecto complemento pedagógico de las muchas y variadas actividades que se enmarcarán en el Año Murillo.

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