El sistema en el que vivimos está regido, además de por el 'clientelismo', 'enchufismo' o como quieran llamarlo, por el capital. De esta forma, actualmente todos los negocios que existen sobreviven debido a que tienen clientes. Es algo tan sencillo y fácil que a veces se nos olvida. Por ejemplo, hay quien culpa a la mujer de no pagar a la entrada de un local y aprovecharse de ello cuando es él quien financia a ese establecimiento. Si no estás de acuerdo, no pagas, no entras y, si la mayoría piensa como tú, acabará cerrando. También están los que dicen odiar al fútbol moderno pero se compran merchandising de empresas cuyo negocio no es el fútbol, sino especular con este -los clubes de 'La Liga'-. Llegados aquí están los que apuestan. Todos están en contra de la ludopatía, pero cada vez hay más negocios de apuestas que rodean al deporte. Partidos sub-19 que a nadie interesan; saques de esquina que habrá en la primera parte de un partido y no afectan al marcador... Es todo tan fácil que quien juega con fuego cree que no quema. ¿No deberíamos cuidarnos de financiar estos negocios?

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