El lado friki de la TDT abunda, frente al aspecto divulgativo, digan lo que nos digan. Resulta un interesante juego mediático darle al mando de vez en cuando paseándose por las ofertas menores de la TDT, que invierten poco en estos canales y en consecuencia reciben poco apoyo de la audiencia. Uno puede encontrar documentales de indudable interés y propósito educativo y en un salto llegar a Camioneros de Australia (DMax), un espacio tan dinámico y aventurero como poco intelectual. Camioneros de Australia lo deja todo dicho con su título; cuenta la ajetreada labor de camioneros y camioneras que atraviesan Australia de norte a sur y de este a oeste como parte de un trabajo de riesgo, emoción y adrenalina.

El programa, docurreality puro y duro, incluye entrevistas y reportajes con planos y secuencias cargadas de emoción y acción al borde del abismo, accidente o avería en medio del desierto, en medio de una tormenta de agua y viento, en un escenario poblado de muerte y extrema aventura. Hombres y mujeres encargados de adiestrar a las grandes bestias del asfalto australiano. Cuando salen a la carretera ponen sus vidas en juego; pero es que nadie dijo que cumplir con su trabajo fuera a resultarles precisamente fácil.

Máquinas infernales por su gigantismo y complejidad, casi veinte metros de eslora, más de cincuenta ruedas, 200.000 euros precio de estas máquinas de acero, grasa y gasoil transportando elementos de abastecimiento, miles de litros de sosa cáustica, leche o grasas líquidas por todo el amplio mapa de Sidney, Melbourne, Perth y otras ciudades de aquellas lejanas antípodas, en un viaje de miles de kilómetros para llegar al destino fijado. Y todo ello contando con una técnica narrativa de reportaje periodístico, mostrando las historias, caracteres y aventuras de los profesionales de la carrera de largas distancias.

Camioneros de Australiasigue a este grupo de valientes hombres y mujeres frente a las altas temperaturas, la fauna salvaje autóctona y el inminente peligro de la carretera, que hace que cada uno de los viajes que realizan se convierta en una carrera por sobrevivir, una autopista al infierno literal.

Un producto de fácil consumo, en fin, que afortunadamente casi siempre termina bien, llegando al destino soñado sanos y salvos. Personajes elementales, duros en su expresión, pero con voluntad de hierro y forjados en la valentía para afrontar los viajes de estos robinsones de la ruta, y que garantizan que la vida siga a miles de kilómetros, porque ya se sabe que si para el camión, para el mundo.

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