Análisis

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Cambio de sede del CADF, ¿por qué?

Desde hace días venimos asistiendo a través de las páginas de Diario de Jerez a las manifestaciones de usuarios sobre el presumible cambio de sede del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco (CADF) desde sus instalaciones del Palacio Pemartín a las del Zoco de Artesanía en Plaza Peones; un cambio que, como a lo expuesto por diversas personas consideramos, desde la Cátedra de Flamencología de Jerez que desde mediados de los noventa del siglo pasado comparte sede con el CADF en el ya citado Palacio Pemartín, algo a todas luces innecesario. De ahí que nos surgen las siguientes preguntas: ¿Por qué? ¿Cuáles son los beneficios que comporta dicho cambio? Nos gustaría conocer lo que se pretende desde el Ayuntamiento para desmontar unas instalaciones dedicadas a la recuperación, conservación, investigación y difusión del flamenco desde el momento en que fueron abiertas al público -como Fundación-, en 1987 en un edificio tan emblemático y señorial como es el Palacio Pemartín. Consideramos un despropósito dicho traslado cuando el lugar que ocupa es idóneo para su función, algo que no ocurre en las pretendidas instalaciones del Zoco de Artesanía que nació para esa actividad y para el que se viene demandando una verdadera implicación por parte del Ayuntamiento. Es algo así como el cacareado museo de Lola Flores, otro de los temas candentes ya que, la asociación de vecinos del barrio de San Miguel apuesta por que dicho museo ocupe el lugar de privilegio que en más de una ocasión ha sido barajado: El Palacio de Villapanés y dejen la Nave del Aceite para la labor que viene ejerciendo la peña Buena Gente, -creemos desde 2005- un espacio que, si una entidad flamenca puede desarrollar su función, no es el más idóneo para un museo ni por espacio ni por ubicación ya que bastarían varias batas de cola para ocupar las dos plantas de que consta el edificio de la Plaza Belén. El Museo de Lola Flores debe estar en su barrio, próximo a la escultura que luce en la Cruz Vieja, especialmente cuando "el área de Cultura incrementa su presupuesto un 10% y recoge entre otros, 300.000 euros para el Museo de Lola Flores". El Palacio de Villapanés es su lugar y no otro. Como el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco debe permanecer en el Palacio Pemartín y, si se quiere una ampliación del mismo, anexo a dichas instalaciones existe un edificio que podría sumársele como ya se hizo con otro que ahora sirve de extraordinario archivo documental. Además de todo lo expuesto, existe el hecho de que la Cátedra de Flamencología de Jerez comparte espacio en el edificio de Plaza San Juan. ¿También sería trasladada? Por encima de cuantas razones podamos exponer existe el compromiso que en su día firmó el entonces consejero de Cultura, Juan Manuel Suárez Japón, lo que se acredita por orden de 6 de julio de 1993 por la que se acordaba la extinción de la Fundación Andaluza de Flamenco -germen del actual CADF-, destacándose lo siguiente: (sic). "Dicha transformación queda condicionada, según la voluntad de las Excelentísimas Corporaciones de la Diputación Provincial de Cádiz y Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, también patronos de la Fundación a que esta nueva entidad gestora que se integraría en la Red de Centros Autonómicos de Cultura, siempre permanecería en Jerez y su ubicación continuaría en el edificio que hoy constituye la sede de esta Fundación". La orden apareció en el BOJA en la fecha indicada. ¿Alguna razón más para dejar las cosas como están y preocuparse de lo verdaderamente necesario?

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