Y al decir esto, tengo que referirme por justicia, a lo que en cumplimiento del mandato divino llevan a cabo también, Comunidades religiosas, Parroquias, Hermandades y Asociaciones varias vinculadas con la Iglesia en el terreno de la ayuda social, no solo aquí en Jerez o en el resto de Andalucía y España, sino a través del ancho mundo, donde cada día es más evidente la distancia sideral entre la sociedad desarrollada y rica o la pobre y menesterosa; entre el norte - paradigma de riqueza - y el sur; en el que nosotros nos encontramos, que en lugar de disminuir se acrecienta día a día, año a año, en una lamentable progresión…

Hablo de Cáritas y de su ejemplar labor de asistencia a los más necesitados, cuando tristemente observamos como en lugar de disminuir, cada vez son mayores las colas ante las puertas de los comedores que dicha institución sostiene, como lo son también en aquellos que se mantienen con ayudas que a veces no llegan, o lo hacen con cuenta gotas o con exiguas limosnas que suplican las religiosas o los voluntarios que intentan poder poner sobre la mesa un plato de comida para quién la necesite, sin pedirle nada a cambio, situación que en mayor o menor medida siempre ha estado presente en este artificial y cacareado políticamente "estado del bienestar" que dicen que tenemos en España y que ahora con la crisis de la Pandemia se ha incrementado de forma evidente…

Me ha llevado a esta reflexión la presentación, en esta misma semana, de la anual Memoria de Cáritas, en lo que a la diócesis jerezana se refiere, ya que en dicho documento, dado a conocer por el Administrador Diocesano, se detalla pormenorizadamente la labor asistencial de todo tipo que la misma desarrolla, no solo en la ya comentada obra de caridad básica - dar de comer al hambriento - sino en el abono de recibos de servicios básicos como el agua o la luz, vivienda, matrículas y un largo etcétera que alargaría en exceso este semanal comentario y debo añadir que siendo todo ello digno de elogio y reconocimiento, lo es aún más que en este ejemplar servicio a la sociedad se procure atender las necesidades vitales del prójimo, como demandan los Mandamientos, sin pedirle nada a cambio.

Como reza el titular de este "Bienteveo", es evidente que si no fuera por la acción de Cáritas, y con ella de otras tantas entidades y asociaciones de la Iglesia - a la que tanto se critica - el problema social en España cobraría, en momentos como el que estamos viviendo, una peligrosa dimensión al que veríamos como trataba de buscar solución tanto voluntarismo político. Que "Una cosa - como dice el sabio refranero hispano - es predicar y otra dar trigo…" y aunque ciertamente, desde la instituciones públicas - Ayuntamientos, Diputaciones, Autonomías y Gobierno -, se ha avanzado y mucho en las políticas sociales desde la instauración de la Democracia, es de absoluta justicia significar el impagable servicio que a nuestra sociedad viene prestando Cáritas, desde su creación.

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