Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Carta de (anti)naturaleza

No necesitamos a Lorenzo Brown

LA incongruencia mostrada por la Federación Española de Baloncesto encabezada por Jorge Garbajosa  tiene difícil argumentación, aunque el presidente, osado donde los haya, lo ha intentado y seguirá enrocado en su versión.

El caso es que a Lorenzo D’Ontez Brown le dio por nacer en Roswell, un pueblo que no llega a los cien mil habitantes, en Georgia, USA. A sus 32 años ha jugado en la NBA, en China, en Serbia, en Turquía, en Rusia y actualmente en Israel. Curiosamente jamás ha jugado en España, país con el que no tiene ningún tipo de vinculación. 

Lorenzo Brown es español por Carta de naturaleza, es decir, el Gobierno español puede conceder, discrecionalmente, la nacionalidad a los extranjeros en los que “concurran circunstancias excepcionales”. Entre los extranjeros que han adquirido la nacionalidad española por esta vía hay brigadistas internacionales, víctimas y familiares de víctimas de terrorismo, deportistas de élite, cineastas y sefardíes. La carta de naturaleza toma la forma de un real decreto firmado por el rey. Esta figura utilizada, dada las circunstancias, para las que se supone que existe, me parece de una desfachatez absoluta y de lo más antinatural posible. A un inmigrante que trabaje la fresa no hay carta que valga, pero hoy me falta un base y escojo al que me da la gana.

Cuando alguien lo ha querido comparar con Ibaka o Mirotic, este balance no se sostiene, porque los dos segundos se han formado en la categorías inferiores de equipos españoles y como en el caso del jugador Montenegrino, llegó a vestir la camiseta de la selección española en categoría sub-20. Su relación con nuestro país es densa.

Pero Garbajosa, que ha sido jugador de la selección absoluta, a la que ellos mismos bautizaron hace años como la familia, parece no escuchar las voces de quienes han sido santo y seña de esa selección, algunos han sido compañeros suyos. Rudy Fernández ha sido muy tajante al respecto. 

El desatino, la incoherencia llega cuando la Federación Española de Baloncesto está considerada como una de las mejores canteras del mundo. Sin ir más lejos ayer los chicos de la selección sub-17 se jugaron el campeonato del mundo ante USA. Si ahora te falta un base, que realmente no le falta, pues espera a que esos sub-17 lleguen a la élite. Que España sin los Gasol, Rudy, Navarro, Ricky tiene que pasar su travesía por el desierto, pues se pasa. ¿Quién no lo va a entender? Pero no rompas la familia, su espíritu, el que se intenta preservar como oro en paño.

El verdadero legado de la generación de oro del baloncesto Español. La que fue capaz de ganar un mundial sin Pau Gasol lesionado en semifinales. Porque ya no se trataba del talento existente, sino de cómo dicho talento se ponía a disposición del grupo sin ningún egoísmo. O se vuelve a la coherencia, o se acaba de echar por tierra tantos años la construcción de un proyecto común.

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