Análisis

César saldaña Presidente del Consejo Regulador

Contestación al comunicado de la Asociación Profesional de Bodegas de Sanlúcar

En relación al documento difundido por la Asociación Profesional de Bodegas de Sanlúcar titulado 'Acuerdo en defensa de la Denominación de Origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda', como presidente del Consejo Regulador me veo obligado a hacer públicas las siguientes consideraciones, con el fin de aclarar determinadas cuestiones y de mostrar mi absoluta disconformidad con algunas de las afirmaciones que se contienen en el mencionado documento:

1. En relación a la afirmación de que "la mayoría de los operadores de la D.O. Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda sienten que han perdido el control de las decisiones que afectan a su denominación", debo recordar el cambio histórico que han supuesto las recientes elecciones al Consejo Regulador, en la que la Manzanilla ha pasado de tener un solo vocal a tener dos de los diez asientos correspondientes al sub-sector comercializador. Algo más que razonable, habida cuenta del peso que este vino tiene en la comercialización total de productos amparados por nuestra institución (vinos y vinagres) y que, a propuesta de Fedejerez, fue aprobado de forma unánime por todos los vocales del Pleno.

Si es precisamente ahora, con una representación que duplica la anterior, cuando los firmantes del documento sienten "haber perdido el control", es que no están entendiendo la necesidad permanente de diálogo y acuerdo que exige la toma de decisiones en un órgano colegiado como el Pleno del Consejo.

2.Rechazo de forma enérgica la afirmación de que "se intenta menoscabar a la Manzanilla en una clara estrategia continuada desde hace años cuyo fin es acabar tanto con la denominación de origen como con su carácter único y exclusivo asociado a la ciudad de Sanlúcar de Barrameda".

El Consejo Regulador está absolutamente comprometido con la gestión, desarrollo, defensa y promoción nacional e internacional de la DOP Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. Así ha sido desde su creación por el propio Consejo Regulador en 1964 y así seguirá siendo en tanto nuestra institución detente las funciones de gestión sobre esta DOP.

Con independencia de las opiniones expresadas en las sesiones por los distintos vocales, hay que dejar claro que el Consejo Regulador jamás ha puesto en duda ni la Denominación de Origen ni el carácter único de la manzanilla, exclusivamente asociado a la ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Ahí están las múltiples obras publicadas, folletos, información en páginas web o materiales formativos producidos por el Consejo Regulador para confirmarlo.

3. Ahora bien, qué duda cabe que, desde el punto de vista del mercado y del consumidor -y a pesar de sus indudables peculiaridades- la manzanilla y los vinos de Jerez comparten posicionamiento, imagen, canales de distribución y todos los elementos que conforman la oferta de las bodegas. De hecho, el tratamiento que en general las propias bodegas de Sanlúcar dan a la manzanilla dentro de sus respectivos portfolios no difiere del que dan a los vinos de la DOP Jerez (mismos distribuidores y canales, promoción conjunta, etc.). Esa es la razón por la que -como se apunta en tono peyorativo en el documento de las bodegas de la asociación- en general el Consejo Regulador promocione la manzanilla de forma conjunta con los vinos de Jerez, siempre en búsqueda de sinergias y de rentabilizar al máximo los fondos disponibles.

Eso no significa que no pueda resultar conveniente, en determinadas circunstancias, mercados o coyunturas, desarrollar acciones específicamente dirigidas a la promoción de la Manzanilla. Así se ha hecho puntualmente en el pasado y se seguirá haciendo siempre que resulte razonable. En definitiva, en términos de promoción, deben de primar siempre los criterios técnicos, de marketing y de eficacia en el uso de los fondos, y no otras consideraciones de carácter localista y reglamentista, que nada interesan ni a los consumidores ni al mercado.

4. Ante la afirmación de que por parte del Consejo se cuestionan las diferencias de la manzanilla con el resto de los vinos finos del Marco, debo nuevamente remitirme a lo que está ya documentado por el Consejo. Ahora bien, siempre teniendo el juicio suficiente como para saber entender las características, el contexto y la razón de ser de cada documento que se publica o aprueba. Si bien en la comunicación del Consejo Regulador a los consumidores es lógico que nos centremos en la especificidad de la Manzanilla, asociada a su crianza sanluqueña, otros documentos del Consejo, como son los propios pliegos de condiciones, atienden a fines distintos: concretamente en este caso a la certificación de los productos amparados. Y en este sentido recuerdo que, desde la publicación en 2010 de los primeros pliegos de condiciones de nuestras denominaciones de origen, el fino y la manzanilla se describen en ellos de forma idéntica, tanto en lo que respecta a sus características organolépticas como a sus requisitos analíticos.

5. Por último, nuestro sector tiene sus propios foros de debate, que es donde deben de articularse las discusiones y los intentos -en los que no debemos desfallecer- por llegar a acuerdos. La confusión que genera la apertura de estos debates relativamente técnicos a la opinión pública, especialmente cuando se mezclan asuntos que son de naturaleza distinta, no sólo dificulta el acercamiento de las posiciones, sino que puede dañar la imagen que los consumidores tienen no ya de las instituciones, sino del propio vino que estas amparan.

El escrito de la Asociación concluye informando de la solicitud a la Consejería de Agricultura de la constitución de un Consejo Regulador separado para la Manzanilla. Sin perjuicio de las decisiones que se adopten en el seno del Pleno del Consejo y en el resto de las instancias competentes, debo expresar mi absoluto convencimiento de que la Manzanilla y el Jerez deben de seguir caminando juntos. A pesar de tratarse de DOP´s separadas y perfectamente reconocidas a todos los niveles -entre otras cosas gracias al trabajo hecho a lo largo de más de cincuenta años por el Consejo Regulador- la Manzanilla y el Vino de Jerez forman parte de una misma realidad vitícola, productiva, enológica y económica; en definitiva, de un sector único, cuya gestión conjunta presenta enormes ventajas frente a la fragmentación que supondrían la toma de decisiones sectoriales separadas.

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