El pasado 28 de diciembre, unos días después de su octogésimo quinto cumpleaños, falleció el compositor mexicano Armando Manzanero. Oriundo de Mérida, en la península de Yucatán, creció rodeado de música, aunque nunca imaginó el éxito internacional que tendrían aquellas canciones que plasmaba en sus partituras.

En los años sesenta, siendo yo una adolescente, compré mi primer disco de Manzanero, donde acompañado por su piano interpretaba como nadie sus creaciones. Y no porque contara con una voz privilegiada, sino porque parecía que a las mujeres nos las susurraba al oído. Quién sino él, podía decir después de muchos años: "Todavía, guardo un beso y un suspiro para darte, si me faltas no me canso de extrañarte, todavía, vida mía". Era capaz de convertir lo cotidiano en imágenes imborrables: "Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú". A qué mujer no se le derrite el alma cuando le dicen: "Contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna, contigo aprendí que tu presencia no la cambio por ninguna… aprendí, que puede un beso ser más dulce y más profundo, que puedo irme mañana mismo de este mundo, las cosas bellas ya contigo las viví". Nadie como él para declarar su amor diciendo: "Adoro, la calle en que nos vimos, la noche cuando nos conocimos", o revelarse ante la distancia exclamando: "Te extraño, como se extrañan las noches sin estrellas, como se extrañan las mañanas bellas, no estar contigo, por Dios, que me hace daño".

Sus composiciones, aunque para muchos resultan cursis y anodinas, traspasaron las fronteras de muchas culturas, porque la sensibilidad es un don, no es algo que se improvisa o que está al alcance de cualquiera. Es algo sublime con lo que se nace. No puedo hablar de Manzanero sin estremecerme, sin agradecerle los abrazos y los besos que suscitó, las ilusiones que se llenaron de luz y hasta los desencuentros que al calor de su piano se hicieron más llevaderos. No te has ido Armando, solo te has convertido en una estrella en el firmamento, brillante y eterna.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios