"Sobrevivirán aquellas especies que mejor capacidad de adaptación tengan", venía a decir este gran científico naturalista ingles. Todo se reduce a este pensamiento o teoría. Desarrollamos esta actitud después del error que siempre hemos cometido pensando que nada podía cambiar en nuestras monitorizadas vidas. Pero llegó un 13 de marzo de 2020 en el que nos dijeron que el domingo 15 no podíamos salir de casa ¿Cómo? Sí, no podíamos salir de casa y tuvimos que adaptarnos a un confinamiento jamás vivido en nuestras vidas y lo cambió todo. Hemos perdido seres queridos sin poder despedirnos de ellos en muchísimos casos. Más de ciento ochenta mil muertos en España según un estudio de una universidad americana. Hasta aquí llegamos los que podemos contarlo -por ahora- al ver y contar situaciones nunca vistas. ¿Quién soy ahora? ¿Negacionista o asustado? ¿Sumiso o incrédulo? Hemos cambiado las prioridades y ahora lo importante es vivir, hemos caído en la cuenta de que estamos de paso y que en cualquier momento estamos en el 'otro' mundo, así que 'Carpe Diem'.

Asistimos a una eclosión de lo que denominamos "turismo interno" que en realidad son esas ganas de vivir porque mañana no existe. Eso es turismo interno muy interno. Tan interno que es lo que hemos interiorizado los que seguimos vivos, hasta que Dios quiera. Es increíble llegar un lunes a la aldea de El Rocío en agosto y ver que los bares y restaurantes están llenos, intentar entrar en Cádiz un martes a las nueve de la noche y ver que es imposible aparcar. En las playas ni te cuento…, o pasar por una de las barriadas de Jerez entre semana en agosto o por la rotonda del Catavino junto a los bomberos y ver las terrazas llenas y gente esperando turno. No es normal el giro que ha pegado el hábito de consumo en el turismo y esto es muestra de esa capacidad de adaptación que teníamos olvidada, de esas ganas de vivir e intentar ir dejando atrás la ruinosa experiencia de la Covid. Todavía queda tiempo para salir del todo si es que salimos. Desde luego Darwin tenía razón y con la pandemia, los que hemos conseguido sobrevivir hemos reaccionado para adaptarnos en el sentido de hacer todo lo que esté en nuestras manos para sacar el máximo partido al nuevo escenario. Hay gente que en su vida había conocido tantos lugares, ni su ciudad, ni Andalucía o quizás no sabía que había tantos rincones tan bonitos en España, como Palencia por ejemplo, si no hubiera sido 'gracias' a la pandemia. Mucha salud para todos, que pronto olvidemos esta pesadilla del virus. ¡Viva Jerez que es una mina!… de 'paraos' y vaya ud condió.

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