"Decir la verdad es siempre revolucionario". Esto decía Antonio Gramsci, (1891-1937), filósofo y politólogo italiano. Pero años antes, Lenin, en su exilio en Finlandia en 1917, afirmaba que "La verdad es siempre revolucionaria". Hace poco más de dos mil años se pone en boca de Jesús de Nazaret que:"…conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Poncio Pilatos se cuestiona "Qué es la verdad". Juan, uno de los redactores del evangelio, recomendaba a sus discípulos: "…no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad". El triunfo del "No" en Colombia, del "Brexit", de D. Trump, la guerra de Irak, los mensajes de Aznar, del diputado del PP Rafael Hernando, Aguirre, exponen medias verdades o mentiras completas como si fueran verdad. Todos han recurrido a la emoción como comunicación política. Expertos en técnicas de persuasión venden a los políticos técnicas de cómo mentir para que parezca verdad. Lo importante son los hechos como decía 1 Juan 3: 18. Son malos tiempos para la Verdad.