Análisis

Susana Esther Merino Llamas

Delicias de la Cuaresma

En esta ocasión, bien podría haber dedicado unas líneas a esos regustos que se nos alojan en el paladar en estos previos a la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. La miel de esas torrijas que degustamos las tardes de domingos de Cuaresma, cuando hacemos un avituallamiento entre templo y templo; la fuente de arroz con leche que nos espera alguna que otra noche como postre para abrochar estos días de primavera en flor de azahar; esas raciones de pavía maridadas con los rayos de sol vertidos entre los casi transparentes cristales de los catavinos,…y así, hasta casi esbozar un tratado de gastronomía cofradiera. Pero no es el caso.

El hecho de que algo sea considerado como una delicia bien se le puede asignar también a otros muchos matices que se nos cuelan entre las costuras de los sentidos y las sensaciones durante estas "deliciosas" (y valga la redundancia) jornadas pre- semanasanteras. Y es que estoy haciendo referencia, por justicia, por méritos y porque así lo siento, a lo vivido y disfrutado el pasado sábado en la Sala Compañía de nuestra ciudad, con motivo del ciclo cultural Spes Lucis organizado por el Ayuntamiento.

Gracias a la maestría y buen hacer del quinteto de viento metal de la Orquesta Álvarez Beigbeder, el homenaje rendido a D. Germán Álvarez-Beigbeder bien podría haber obtenido la calificación Cum Laude. La figura de nuestro insigne compositor se hizo presente mientras las notas y los acordes que se derramaban de los metales empezaron a colarse sin permiso en el cofre de nuestras emociones. Nunca tendrán el anacarado rostro de Nuestra Señora del Mayor Dolor o la santiaguera Virgen del Desamparo mejor y más bello tributo que el emanado de la inspiración de uno de nuestros más célebres genios, al igual que el Cristo de la Expiración, el gitano más cabal que se muere a chorros cada tarde de Viernes Santo, con la marcha que le dedicara.

Con estas pinceladas, lo que está meridianamente nítido es que D. Germán continúa cada vez, gracias a estas delicias de Cuaresma, más presente, y su obra, como su "Memoria Eterna", es ese legado que hemos de mantener y mimar como el tesoro que fue, es y será para siempre.

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