Álvaro Robles Belbel
Moderación inferior a la esperada del IPC en EEUU
Este pasado viernes, en Plaza Las Angustias, me encontré a un amigo de la infancia, Enrique, y durante 20 minutos dialogamos sobre las empresas que nos suministran energía eléctrica. Mi amigo gran conocedor de los cortes eléctricos en su núcleo rural, El Chaparrito, y el que esto escribe, sufriente también en Cuartillos. Cuando menos lo esperamos, se produce un corte de suministro, sin avisar, sin saber la duración. Puede ser de día, en plena emisión de la telenovela, o de noche, que a tientas buscamos las linternas. En Cuartillos sufrimos un corte de una semana. Es una situación horrorosa.
Me contaba Enrique, que se cambió de suministradora, y al tiempo volvió a la anterior porque la nueva, gran empresa, era igual de calidad, o sea: sin derechos o difícilmente conseguibles. A raíz de esa larga conversación entré en las normativas sobre los derechos de los consumidores eléctricos. Una odisea. Pasé a Asociaciones de defensas del consumidor. Difícil conectar… ¡y que no sea una máquina! Entré en el portal de la Junta de Andalucía, por correo electrónico, y escribí un explicativo relato. Me respondieron acuse de recibo, y que se pondrán en contacto conmigo.
Dentro de unos días se celebra el 1º de Mayo, recordatorio y actualización de aquellos días y años, que logró unir a diferentes sensibilidades en torno a las mejoras salariales, viviendas, jornadas, vacaciones, cultura, el estudio…Habrá que hacer algo. Herederos de la historia.
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