Algunos tendrán que explicar por qué ayudaron, o al menos se alegraron, de que un día un colectivo de dudosa reputación como Manos Limpias pusiera sus miras en Jerez y, más concretamente, en el circuito de velocidad. Tendrán que aclarar por qué contribuyeron a engordar una denuncia que apenas tenía consistencia, tal y como han acabado corroborando los juzgados, y que estaba basada en especulaciones, simples comentarios de calle y cálculos infundados disfrazados de validez científica para camuflar los intereses personales que realmente la promovían. Con esa querella se fue a hacer el mayor daño posible siguiendo la regla del 'difama que algo queda' sin importar las consecuencias que podría conllevar. Por suerte nos queda un circuito liberado de toda sospecha. No olvidemos que es uno de los mayores activos que tiene esta ciudad y no debe mancharse con falsas acusaciones porque se pone en juego los intereses de toda una ciudad.

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