No aprendemos. La Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) ha puesto el dedo en la llaga al denunciar la falta de control y de transparencia por parte de las administraciones públicas en el gasto de más de 14.000 millones de euros en subvenciones del año 2017, descontrol que salpica a más de un millón de beneficiarios en el país. Llueve sobre mojado, sobre todo en Andalucía, bajo sospecha aún por el reparto en el pasado reciente de miles y miles de millones de subvenciones para la formación y que, por supuesto no aparece entre las comunidades que demuestran una mayor eficiencia y eficacia en la gestión de estos fondos. De forma velada, el organismo independiente denuncia que las administraciones están más interesadas en el reparto del dinero -a la vista está que para dar y regalar- que en los resultados, e incluso apunta que la gestión deja tanto que desear, que cuando se quiere rectificar y pedir el reintegro, suele ser tarde porque caducan los plazos. Piensen mal y acertarán, pero puede que se queden cortos para lo que se oculta detrás de estos tejemanejes que rara vez acaban depurándose responsabilidades.