Han sido unos meses duros, de hecho las últimas semanas han sido casi insoportables, teniendo que hablar del (des)gobierno que existe en nuestro querido país. Bueno, querido lo que se dice querido igual lo es Bélgica para algunos españoles, pero esa es una historia que ya huele a rancio. Pero lo de los últimos días, con total sinceridad, creí que no iba a poder superarlo.

La pasada semana se me hizo eterna. Tener que soportar cómo mucha gente, de bien por supuesto, nos hablaba en redes sociales, con un conocimiento absoluto, de negros y negras, inmundicia de otros países que vienen a robarnos el trabajo y nuestras pagas, que están dispuestos a matarnos por su dios, que es distinto a nuestro Dios, bueno a lo mejor son el mismo Dios, que yo de esto no termino de enterarme, pero que vienen a matarnos y, aunque parezca difícil de creer, esta escoria, son traídos por barcos piratas con bandera española.

¡A Dios gracias! Porque Dios, el nuestro, es muy bueno, más que santo diría yo: la Liga ya está aquí. Es como encontrar tierra en un naufragio o un oasis en la travesía del desierto. Con el comienzo de la Liga, que la llaman Santander, aunque en realidad es de España y el Racing no la juega, pero eso también es otra historia, como decía, con el partido liguero de San Mamés y, sobre todo, con la obra de arte de Aduriz, se acabaron los problemas en España.

¡A Dios gracias! Todo vuelve a la normalidad, ya dejamos de ser españoles o antiespañoles, ahora somos lo que realmente somos: merengues, polacos, colchoneros, periquitos, ches, palanganas, etc. Ya está aquí la liga Santander y la Segunda, la Segunda B, la Tercera, etc. Fútbol, fútbol y más fútbol y, si los políticos nos engañan, da igual, el Real Madrid o el Barça tiene partido y nosotros nos reiremos de los políticos, porque ya sabíamos que nos iban a engañar o se creen que somos tontos. Es más, sabemos incluso que son corruptos. A ver si se creen a nosotros nos la van a dar con queso.

Con Zidane, Messi, Simeone, Florentino la felicidad está más que garantizada, pero si la diosa Fortuna, en este caso no es Dios porque tiene nombre de tabaco y el tabaco es malo, si tenemos la inmensa Fortuna de que se incorpore a nuestra liga Neymar, con sus partidas de póker y fiestas de cumpleaños, entonces será el acabose. La Liga ya está aquí.